Por Marcos Romero
(ANSA) CIUDAD DE MEXICO, 4 MAR - El gobierno mexicano decidió
pasar de la indiferencia frente al discurso vitriólico y racista
del aspirante presidencial estadounidense Donald Trump, al
contraataque directo, aunque no tan frontal como la oposición lo
demanda. La reacción de la autoridad de este país surge después de
muchos meses de tolerar sin inmutarse la andanada de críticas de
Trump, que calificó a los migrantes mexicanos de "violadores"
que llevan el crimen y las drogas a Estados Unidos y prometió un
muro fronterizo que pagará el gobierno mexicano. En menos de una semana, dos de los más altos funcionarios del
gobierno decidieron "ponerle un alto" al aspirante republicano,
como lo reclamaba la platea. El ministro de Hacienda (finanzas) de México, Luis Videgaray,
señaló que su país "bajo ninguna circunstancia va a pagar el
muro que propone" el empresario Trump, aspirante republicano a
la presidencia de Estados Unidos, para frenar la migración. "No hay ningún escenario en el cual México pagaría por ese
muro que está proponiendo" el hombre de negocios, dijo el
funcionario, en entrevista con el canal por cable Milenio
Televisión. El ministro dijo que "construir un muro entre México y
Estados Unidos es una pésima idea que se basa en la ignorancia,
que no tiene sustento en la realidad de la integración de
América del Norte". Videgaray recordó que hace más de cinco años que la migración
entre México y Estados Unidos es "negativa". Las declaraciones siguieron a otras de similar tenor
formuladas el pasado lunes por ela canciller Claudia Ruiz
Massieu, para salir al cruce de los ataques y propuestas
lanzados contra México por Trump. En una entrevista al diario estadounidense The Washington
Post, la jefa de la diplomacia mexicana calificó los comentarios
sobre el muro de Trump de "racistas e ignorantes" y "absurda" su
idea de que México pagaría por un muro fronterizo, al señalar
que "no es una proposición que consideraríamos". La posición de "dejar hacer y dejar pasar" que mantuvo el
gobierno en torno al discurso incendiario de Trump, le acarreó
numerosas críticas de la oposición, aunque algunos analistas
como el ex canciller Jorge Castañeda apoyan esta postura por
considerar que atacarlo directamente sólo aumenta su
popularidad. Castañeda recordó que el precandidato habla a un público muy
específico y radical y que si se convierte en candidato o
presidente su mensaje cambiará y tendrá que ser más moderado. Ruiz Massieu dijo que "la historia también ha demostrado que
cuando la retórica anti-inmigrante se convierte en la política,
o las leyes, es una mala idea. Se pierde dinero, se pierde la
gente, se pierde la confianza". La canciller indicó que el gobierno mexicano respondería a
Donald Trump instando a los mexico-americanos en Estados Unidos
a "participar y ser oídos en el proceso electoral, que aún no ha
terminado."
Asimismo, se mostró "optimista" de que la gente se hará valer
por sí misma y votará "de acuerdo a sus valores y sus puntos de
vista", subrayando que "es mejor construir puentes que paredes",
como lo ha dicho la precandidata demócrata Hillary Clinton.
Pero otros exponentes políticos e intelectuales en México si
han dado respuesta enérgica a las declaraciones de Trump. El historiador Enrique Krauze calificó de Trump de "perfecto
fascista" y dijo que la posibilidad de que llegue a la Casa
Blanca y "atraiga a millones de personas que histéricamente lo
siguen", debe ser motivo de alarma. Trump "se ajusta a buena parte de la tipología fascista" más
que a la de un populista, por su "megalomanía, narcisismo y
paranoia", afirmó. Con menos rodeos, el ex presidente Vicente Fox (2000-2006)
calificó a Trump como "falso profeta", lo comparó con Adolfo
Hitler, y dijo que el precandidato presidencial republicano
"cree en la supremacía de los blancos". Fox dijo que el empresario "miente" una y otra vez al
denigrar a los migrantes y señaló a una cadena estadounidense
que "no pienso pagar por ese "jodido" muro.
MRM-ADG/ACZ
04/03/2016 18:18
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