Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 20 MAR - El 40 aniversario de la
oleada del exilio latinoamericano a México, durante la tenebrosa
etapa de las dictaduras en América del Sur, fue recordada en un
concierto donde participaron, entre otros, el uruguayo Daniel
Viglietti, la mexicana Eugenia León y la banda Paté de Fuá. A lo largo de cinco horas, en el Zócalo, epicentro de todas
las protestas que ocurren en la ciudad de México, proclamada
como "Ciudad Refugio" por los asistentes, se recordó en la
víspera el inicio de la avalancha de refugiados sudamericanos
llegada a este país en busca de cobijo, perseguidos en sus
países, para evitar la muerte o la prisión. La vieja consigna "El pueblo unido, jamás será vencido" nunca
fue tan elocuente como cuando se escuchó en el Zócalo entre una
y otra melodía, por miles de asistentes, entre los que figuraron
los llamados "argenmex", "urumex" o "sudamex". En la velada al aire libre participaron más de 15 trovadores,
tangueros y roqueros de México, Argentina, Chile y Uruguay. Poemas musicalizados de artistas como los chilenos Violeta
Parra y Víctor Jara y el uruguayo Mario Benedetti, se escucharon
en la voz del argentino-mexicano Alejandro Marcovich, ex miembro
del grupo Caifanes, la argentina Hebe Rossel, la chilena
Margarita Cruz y el mexicano Guillermo Briseño, entre otros. "A desalambrar", "La paloma", "Tierra mestiza", "Yo vengo a
ofrecer mi corazón", "Solo le pido a dios", son algunas de las
canciones que fueron coreadas por los asistentes. Briseño, guitarrista y cantautor mexicano, señaló que "el
exilio de argentinos y uruguayos nos hizo mejores mexicanos". Durante el recital, enmarcado en el Festival del Centro
Histórico, no podían faltar las notas del tango de César Olguín
y la Orquesta Mexicana de la música, así como Paté de Fuá, banda
integrada por músicos argentinos, brasileños, israelíes y
mexicanos,
El concierto, oficialmente llamado Canciones del Exilio
Latinoamericano, estuvo dividido en tres bloques: "Trovadores
latinoamericanos", "Los hijos del exilio", y "Gran
baile-milonga". A lo largo de cinco horas, desfilaron también por el
escenario los argentinos Delfor Sombra y Carlos Porcel de
Peralta, los roqueros uruguayos Fernando Santullo y Gabriel
Casacuberta, entre otros. Eduardo Vázquez, secretario de Cultura de la Ciudad de
México, señaló que la realización del concierto tiene mucho que
ver con la mejor tradición de esta ciudad y gran parte del país. "México ha sido espacio de refugio para migrantes,
perseguidos y aquellos que han necesitado salir de su país
buscando las condiciones para seguir pensando en plena
libertad", afirmó. Vázquez recordó que este país abrió sus brazos a una enorme
comunidad que "hizo de esta ciudad su casa", y expuso que "los
exilios y las migraciones son parte del patrimonio cultural de
la sociedad nacional".
"Tienen que ver con las historias de sus países de origen, y
son parte de esta ciudad y su memoria histórica. Recordarlo, es
un acto de afirmación de identidad", indicó. Por su parte, el intérprete Daniel Viglietti expresó que con
su canto siempre ha perseguido "la utopía de una vida con
ideales de libertad e igualdad", y que cada uno de los artistas
reunidos en el Zócalo ha usado "las canciones como un
instrumento de crear conciencia, aunque éstas no cambien una
sociedad". Autor de "A desalambrar", "Por todo Chile", "Esdrújulo" y "La
canción de Amparo", sobre la famosa cantante mexicana de
protesta Amparo Ochoa, indicó que sus canciones humanas "van en
contra de la inhumanidad de los poderosos". "Son cantos de paz contra el crimen y la violencia", indicó
el artista uruguayo, quien consideró "doblemente emocionante"
cantar en el Zócalo porque "el exilio yo lo viví en sus inicios,
cuando México recibía a la viuda de Salvador Allende".
"Recordar cómo el pueblo mexicano acogió a nuestros pueblos
del sur hace que el Zócalo, que es tan grande, en realidad sea
pequeño en comparación con el cariño del generoso pueblo
mexicano", afirmó.
MRM/MRZ
20/03/2016 19:24
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