Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 10 ABR - Los policías de la
capital mexicana comenzarán a portar en la solapa cámaras
portátiles, siguiendo el ejemplo de los agentes en Estados
Unidos, para verificar que su comportamiento se ajuste a las
normas y evite abusos. El secretario de Seguridad Pública Hiram Almeida señaló que
por ahora se cuenta con 4 mil cámaras que evitarán acusaciones
falsas de delincuentes o de los propios uniformados durante las
detenciones. El programa está en fase de prueba, pero para junio próximo
-cuando entre en vigencia en la ciudad el nuevo sistema penal
acusatorio- habrá unos 40 mil equipos en funciones.
"Estamos haciendo ejercicios de prueba", indicó Almeida,
quien dijo que en el nuevo modelo de justicia oral "es
fundamental" contar con estos dispositivos, colocados en los
chalecos que pueden grabar audio e imágenes de alta definición
hasta por siete horas. "Los equipos darán certeza al trabajo policial pues en caso
de un error en las detenciones, en el sistema acusatorio la
defensa del acusado podría solicitar al juez de control que
invalide el proceso por detención ilegal", dijo. El agente tendrá la obligación de leer sus derechos a un
detenido, actuar de manera legítima y evitar el "exceso de
fuerza". "Necesitamos dar veracidad del actuar de nuestros policías",
indicó el funcionario, quien señaló que el proyecto fue
autorizado por el ministerio de Gobernación. El plan se suma a la estrategia de video-vigilancia que ha
puesto en marcha el gobierno izquierdista de la Ciudad de México
en los últimos tres años, con la colocación de al menos 20.000
cámaras en puntos estratégicos de la urbe. Estas cámaras han puesto en evidencia no sólo a los
delincuentes cometiendo actos criminales sino también a los
responsables del orden públicao realizando acciones ilegales al
golpear a detenidos para sacarles una confesión o exigirles una
"mordida" (cohecho) para dejarlos libres.
De esta manera, la confianza de la gente en la Policía se ha
desplomado en los últimos años, destacan los expertos. Sólo en la Ciudad de México más de mil oficiales fueron
destituidos por cometer diversos delitos en 2014, de los cuales
135 fueron remitidos ante la fiscalía "para enfrentar procesos"
por cohecho, extorsión, privación ilegal de la libertad y abuso
de autoridad. Está el caso por ejemplo de un conductor de un taxi, que
guardó el anonimato y quien dijo haber sido acusado falsamente
de robo tras una pelea con un oficial que estaba fuera de
servicio.
"Cuando llegamos al ministerio público, y sin mediar palabra,
sin decirme nada: '¿sabes qué? tu bronca está cargada y si
quieres salirte de aquí, presta 22.000 pesos'" (unos 1.300
dólares, señaló el taxista, citado por el portal Sipse.com). Como el hombre se negó a pagar, estuvo dos meses en prisión y
debió pagar unos 75.000 pesos (unos 4.000 dólares) para recibir
comida y evitar que otros reos lo golpearan. Otro caso de abuso policial ampliamente reseñado por algunos
medios se registró el 22 de abril del 2014, cuando Julián Luna
y otros jóvenes protestaron frente a las instalaciones del
gigante Televisa contra la iniciativa de reforma en el sector de
las telecomunicaciones propuesto por el gobierno. Luna, de 24 años, se enfrentó a los policías antidisturbios
de la capital provistos con escudos, quienes lo detuvieron junto
con otros cuatro de sus compañeros. Luego, fue golpeado hasta
dislocarle la mandíbula y provocarle una hemorragia interna en
la cadera.
En las redes sociales se dieron a conocer videos sobre las
agresiones propinadas por agentes, hecho que suscitó a su vez
polémicas hasta la intervención de la oficina del Ombudsman en
la capital. Nunca se supo si hubo sanciones contra los agentes. La idea de colocar cámaras en las solapas de los policías
surgió de una práctica que se ha vuelto muy común en los últimos
tiempos en Estados Unidos, donde crecen las denuncias por abusos
sobre todo contra las minorías hispana y afroamericana.
MRM-RIG/ACZ
10/04/2016 21:05
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