Por Claudio Salvalaggio
MOSCU, 16 (ANSA)- La prohibición de propaganda y símbolos que
tengan que ver con el comunismo y el nazismo entró en vigencia
hoy en Ucrania, sobre la base de una ley que prevé cárcel para
quien realice ese tipo de acciones.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, promulgó una ley
que equipara el comunismo y el nazismo, y prohíbe en ese sentido
el uso y la difusión de símbolos de esos movimientos políticos,
salvo que tengan un objetivo educativo o científico.
Poroshenko lo hizo durante la visita la portavoz del
Departamento de Estado de los Estados Unidos, Victoria Nuland. La ley fue aprobada por el Parlamento ucraniano el pasado 9
de abril y es parte de un paquete de normas destinadas a
"erradicar el comunismo" y a equipararlo a la ideología nazi. La normativa, aprobada por la Rada (Parlamento ucraniano),
fue criticada con dureza por el gobierno de Moscú, por los
separatistas prorrusos e inclusive por el Centro Simon
Wiesenthal de Jerusalén.
Quedarán excluidos símbolos como la hoz y el martillo, los
escudos de la Unión Soviética y de la República Socialista
Soviética de Ucrania, uno de los 15 territorios que integraron
la URSS hasta 1991. Estarán prohibidos, además, el himno, las banderas, las
consignas comunistas así como imágenes y monumentos a miembros
poder soviético, y nombres de calles y de ciudades en honor a
ellos.
El objetivo es romper con el pasado soviético del país, casi
24 años después de la declaración de la independencia de
Ucrania.
Se trata de una normativa que aparece también un año y medio
después de que se desencadenaran protestas masivas contra el
gobierno de Viktor Ianukovich por su negativa a formar un
acuerdo de cooperación con Europa.
En medio de esas manifestaciones, Ianukovich fue derrocado en
febrero de 2014. Al mes siguiente, la península de Crimea se anexó a Rusia
tras un referendo considerado ilegal por Kiev y sus socios
occidentales.
En abril de 2014, grupos prorrusos se levantaron en ciudades
del este y del sur de Ucrania contra las nuevas autoridades
gubernamentales.
Eso no hizo otra cosa que agravar un conflicto que ya se
vivía en Ucrania pero que también genera hasta hoy una disputa
entre Estados Unidos, Europa y Rusia.
Según el último informe reportado por Naciones Unidas, más de
6.000 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en el
este de Ucrania en los once meses que dura el conflicto.
A propósito de ese conflicto, un soldado ucraniano murió y
otros tres resultaron heridos en las últimas 24 horas, a pesar
del alto el fuego previsto en los acuerdos de Minsk. Se trata de una ley, según se explicó en Kiev, orientada a
condenar "los regímenes totalitarios", así como "prohibir la
negación pública del carácter criminal de esas ideologías y
proscribir el uso de sus símbolos". En el paquete de nuevas reglas se incluye la apertura de los
archivos de la KGB y la supresión de "Gran Guerra Patria" para
referirse a la Segunda Guerra Mundial.
La ley entra en vigencia en un momento en el que, en el
frente interno, Poroshenko también comienza a tener
dificultades, pues incluso medios de comunicación
estadounidenses como Radio Liberty han planteado dudas sobre su
papel en algunas acciones de especulación inmobiliaria en el
centro histórico de Kiev, además de las críticas por no haber
puesto en línea de sus compañeros oligarcas y por no deshacerse
de sus bienes a pesar de su posición.
Poroshenko también empezó a perder terreno en el frente
occidental, lo que ha favorecido al mandatario ruso, Vladimir
Putin.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, visitó la
semana pasada la localidad rusa de Sochi y aseveró ahí que las
sanciones de Washington y Bruselas contra Rusia por el conflicto
en el este de Ucrania se pueden suspender "siempre y cuando" se
respeten los acuerdos de Minsk para la paz en ese país.
Putin y Kerry mantuvieron una reunión con el objetivo de
mantener abierto el diálogo en un contexto de deterioro de las
relaciones entre ambos países.
MZU-ADG/ACZ
16/05/2015 20:59
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