Por Alessandra Baldini
NUEVA YORK, 21 (ANSA) - El "wife bonus", el "bono de las
esposas", es una costumbre ya consolidada entre las ricas
esposas de Park Avenue, casadas con los capitanes de la
industria y los reyes de los "hedge-funds". Se trata de un pago de fin de año con que se premia cada año
a las esposas, con el mismo espíritu con que se paga a un
ejecutivo por el rendimiento empresarial. El hallazgo es de Wednesday Martin, una socióloga
norteamericana que en 2004 se mudó con su familia al Upper East
Side, donde descubrió usanzas inesperadas al estudiar a un
centenar de madres con quienes se reunió en los cafés, los
jardines, el gimnasio y a la salida de la escuela. El "wife bonus" responde a los mismos criterios del
"decimotercer sueldo" pagado a fin de año a los ejecutivos de
una empresa. No tanto sobre la base de los beneficios, sino del
"rendimiento" de la interesada: si administró bien el
presupuesto, si logró hacer entrar a sus hijos en
las mejores escuelas privadas. Y, "last but no least", si el consorte quedó satisfecho en el
lecho conyugal. Como en cada tribu social -hippies, yuppies, GenX,
Millennials- también las madres del "Richistan" de Manhattan
tienen un nombre: autora de un libro de inminente publicación,
"Primates of Park Avenue", Martin las llama Glam SAHMs, la
abreviatura de "glamorous stay-at-home moms".
Las glamorosas "madres que se quedan en casa" tienen títulos
universitarios y doctorados de prestigiosas universidades, pero
una vez casadas con hombres de fortunas exageradas arrojaron sus
títulos de estudio por la ventana para dedicarse a los hijos (en
general tres o cuatro) y la casa. Casa que debe estar entre las calles 63 y 94, al oeste de
Lexington Avenue, y en los Hamptons), y ser administradas con la
rigidez de un CEO. Competitivas con sus hijos y en el gimnasio, impecables en
sus decisiones de moda, quedaron bajo la lupa como si fueran una
remota tribu del Kalahari. "Viven segregadas en un universo sólo femenino", descubrió la
socióloga. "Noches de alto contenido alcohólico sólo para damas,
almuerzos entre ellas, galas de beneficencia exclusivas para
mujeres, vacaciones entre amigas", detalló. "Es más divertido y más fácil", dijeron las "cobayos" del
estudio, y sus maridos están de acuerdo: "Preferimos así". ¿Segregación por elección? Martin, que escribió sobre el tema
en un editorial del New York Times, tiene sus dudas: "¿Como las
mujeren dogon, de Mali, que 'eligen' encerrarse en las cabañas
menstruales?".
BN/ACZ
21/05/2015 19:35
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