ISLAMABAD, 30 (ANSA)- Un policía muerto y seis heridos fue el
saldo de un atentado suicida, que pudo haber causado una
tragedia mayor, perpetrado ayer en las puertas de un estadio de
cricket en Lahore, Pakistán, donde ese deporte es pasión de
multitudes, informaron hoy las autoridades locales que ayer
ocultaron los hechos. En ese escenario se enfrentaban el seleccionado nacional de
Pakistán y el de Zimbabwe, cuyos dirigentes confirmaron hoy que
se presentarán mañana a completar la serie pese al ataque. El partido representa el primer enfrentamiento de un
seleccionado extranjero en Pakistán desde 2009, cuando esos
duelos se suspendieron tras un ataque terrorista contra un
autobús de jugadores de Sri Lanka. El viernes en la noche un kamikaze pretendió ingresar al
estadio pero los policías se lo impidieron y en la acción los
explosivos que portaba el agresor estallaron, informaron hoy las
autoridades paquistaníes al detallar la dinámica de los hechos,
según precisó la cadena de televisión Geo News. De no mediar la acción de las fuerzas de seguridad, el
agresor hubiera hecho estallar sus bombas en las gradas, con lo
que la magnitud de la tragedia hubiera sido atroz. Las televisoras locales indicaron que por una disposición del
ministerio de Interior pakistaní, la noticia del ataque no se
difundió ayer.
"Se buscó no causar pánico entre los asistentes al estadio,
habríamos tenido una situación de absoluto descontrol", se
justificó un alto funcionario. Tras el estallido se informó que algunos policías habían
resultado heridos al estallar un transformador de electricidad
en el estadio dedicado al líder libio Muamar Kadafi. El cricket internacional regresaba estos días a Pakistán a
pesar de la violencia, y recibía por primera vez a un equipo
extranjero desde hace seis años cuando la selección de Sri Lanka
sufrió un atentado con lanzacohetes. El adversario es un seleccionado modesto, pero las grandes
potencias del cricket todavía se niegan a jugar en Pakistán
debido a los atentados que se suceden en ese país. El país africano también había declinado la invitación la
pasada semana, pero luego se retractó, para entusiasmo de
millones de aficionados al cricket en Pakistán. Entonces se pactó una serie de cinco encuentros, pero la
Federación Internacional de ese deporte, implantado en la zona
por los ingleses, se negó a enviar árbitros a Pakistán. Los jugadores de Zimbabwe fueron conminados a no dejar sus
habitaciones de hotel sin ser escoltados. Cerca de 3.000
policías fueron desplegados como refuerzos en Lahore, la segunda
ciudad del país, cercana a la frontera con India. Interrogado por la agencia de prensa india PTI, el portavoz
de la federación de cricket de Paquistán, Akbar Agha, dijo que
"lo más importante en esta historia es que el equipo de Zimbabwe
continuará su gira y jugará el último ODI (amistoso
internacional) previsto para mañana". "Todas las entradas ya están vendidos, como ocurrió en los
cuatro juegos anteriores", amplió. El 3 de marzo de 2009, un comando fuertemente armado atacó en
Lahore un convoy del equipo de Sri Lanka, matando a seis
policías que escoltaban a los jugadores, algunos de ellos
heridos en el ataque, y a dos civiles. "Los seis últimos años fueron insoportables", explicó a la
AFP el capitán del seleccionado paquistaní, Misbah ul-Haq, días
atrás. "Nuestros campos estuvieron vacíos, nuestros aficionados
no pudieron ver partidos y una generación de jugadores no pudo
jugar en casa delante de los hinchas", acotó. La Federación Paquistaní de Cricket estima haber perdido 120
millones de dólares durante estos seis años en entradas y
derechos de difusión del deporte más popular en el sur de Asia.
SAL/ACZ
30/05/2015 17:59
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