BUENOS AIRES, 6 (ANSA)- Helicópteros que aterrizaban en la
cancha en plena dictadura para trasladar detenidos políticos a
la vecina cárcel de Villa Devoto, un preso que miraba los
partidos de fútbol aferrado a los barrotes y terminó como
directivo del club, un hincha que cumple condena en la prisión y
alienta a su equipo desde su celda.
El humilde General Lamadrid, de la cuarta división del fútbol
argentino, ubicado en el barrio de Villa Devoto en Buenos Aires,
es un club único en el mundo: toda su vida social y deportiva se
desarrolla a la vista de los presos de la única cárcel que queda
en pie en la capital argentina. Su historia es reflejada en el libro "Carceleros", del
periodista argentino de ANSA Marcelo Izquierdo, publicado por la
editorial Aguilar. El club, cuyos hinchas son apodados precisamente
"carceleros", fue fundado en 1950 a pasos de la prisión en
terrenos propiedad del Estado y que desde entonces son
reclamados por la cárcel. "Es un homenaje a todos los clubes de barrio simbolizado en
uno muy especial, ya que todas sus actividades sociales y
deportivas, empezando por sus partidos de fútbol, se han
desarrollado bajo los ojos de cientos de presos en las últimas
seis décadas", dice Izquierdo. El libro narra la historia de los socios por mantener vivo al
humilde club de barrio, como en 1963, cuando los guardiacárceles
se apoderaron de una porción del terreno y avanzaron hacia las
demás instalaciones. Decenas de socios se atrincheraron en el
club durante cuatro días y frenaron el desalojo. El club disputa el torneo de Primera C (cuarta división) de
la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y llegó a jugar durante
tres temporadas, en dos períodos distintos, en Primera B. De sus
filas han salido tres futbolistas que llegaron a la selección
argentina: José "Chino" Mesiano, Silvano Maciel y más
recientemente Emmanuel Gigliotti, ex Boca Juniors y actualmente
en el fútbol chino. El libro relata la historia de Mario Oriente, un recluso que
descubrió al club desde la celda de la prisión y cuando cumplió
su condena no sólo se mudó al barrio, sino que también se asoció
a Lamadrid y terminó su vida como bufetero, directivo y hasta es
el autor del himno de la institución. También refleja la vida de la cárcel y su relación con el
club a través de entrevistas a ex-detenidas políticas de la
dictadura, reclusos sobrevivientes de matanzas y ex
empleados-hinchas.
Los Carnavales del club, famosos en los años 70, son
retratados a través de cartas que presas políticas les enviaban
a sus padres.
El libro además relata el aterrizaje de helicópteros sin
aviso previo durante la última dictadura militar (1976-83) con
"encapuchados" rumbo a la prisión. Uno de esos aterrizajes se
realizó en pleno día y a la vista de los socios. Otros, según la
sospecha de vecinos y ex-detenidos, se realizaban durante la
madrugada. "Carceleros" reúne además testimonios de ex futbolistas del
fútbol amateur, de un hincha que cumplió su condena a metros de
su tribuna y arengaba al equipo desde su celda y anécdotas del
héroe de la independencia argentina, el general Gregorio Aráoz
de Lamadrid, cuyo nombre lleva el club.
MI/ACZ
07/06/2015 17:23
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