Por Marzia Apice
ROMA, 9 (ANSA) - Títeres, muñecos y marionetas forman
parte del patrimonio cultural italiano y ahora, junto a unos
2.000 preciosos guiones escritos en Italia desde 1700 hasta la
primera mitad del siglo XX, aspiran a integrar también el
patrimonio mundial de la Unesco. El mes próximo, el organismo de la ONU deberá responder sobre
la inclusión en el Registro Memory of the World del excepcional
corpus de documentos sobre el teatro de figuras italiano,
custodiado en la Red de Archivos Unima/Italia. La candidatura fue presentada por la sección italiana de la
Union Internationale de la Marionnette (Unima) con apoyo del
ministerio de Bienes Culturales. En una jornada realizada en Roma, se reflexionó sobre
esta tradición italiana de gran valor histórico y artístico, que
representa un caso prácticamente único en el mundo occidental. Junto a los objetos escénicos propiamente dichos -muñecos,
marionetas, trajes y escenografías- hay manuscritos que
constituyen un auténtico tesoro conformado por los más
heterogéneos elementos: el teatro y la literatura,
la música y la evolución de la lengua italiana,
los acontecimientos históricos y las
informaciones técnicas útiles para
la puesta en escena. Contar el teatro de figuras significa, sobre todo,
narrar una historia de pasión, sueños y trabajo: la de las
familias italianas que, a lo largo de generaciones, dieron su
alma a esos guiones y personajes, regalándoles la capacidad
de estimular la fantasía. A ese artesanado artístico de gran significado pertenecen,
entre otras, las familias Cuticchio (Palermo), Signorelli
(Roma), Colla (Milán), Sarzi (Reggio Emilia), Monticelli
(Ravenna), compañías históricas aún en actividad. En esta óptica, parece evidente la necesidad de estudiar,
sistematizar y revalorizar un patrimonio casi desconocido, que
por mucho tiempo fue ignorado o tratado como mero folklore. "Los guiones y las marionetas están en estrecha relación:
ambos estarían mudos el uno sin el otro", explicó Alfonso
Cipolla (Instituto para los Bienes de Marionetas y el
Teatro Popular), "estudiarlos nos permite comprender
cómo cambiaron la sociedad y el gusto del público". Una tradición de más valor aún si se considera su arraigo en
todo el territorio italiano, de norte a sur, con profundas
diversificaciones según las zonas. "A géneros diferentes corresponden otros tantos públicos y
funciones sociales", agregó Cipolla, subrayando la peculiaridad
de una forma de arte "que siempre fue capaz de contar la
historia antes de que se convirtiera en historia, y
que hoy sigue dando estímulos y sugestiones". Un ejemplo es el "manuscrito de 1851 que cuenta a un mes de
distancia la Exposición Universal de Londres": casi un relato
"en vivo" en una época aún lejana de la información en tiempo
real. Y si faltara un dato para recordar la importancia de los
personajes en la cultura italiana, basta recordar que el célebre
Pinocho era también ni más ni menos que una marioneta de madera.
GDC/MRZ
09/06/2015 19:45
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