Por Marcello Campo
BRUSELAS, 15 (ANSA)- Si hace exactamente 200 años algunos
generales franceses no se hubiesen equivocado de camino y si el
barro no hubiese frenado el avance de sus cañones, quizás el
resultado final de la batalla de Waterloo habría sido diferente.
Y quizás, tras un nuevo triunfo de Napoléon, Inglaterra hubiera
adoptado el sistema métrico decimal e incluso la conducción de
los vehículos a la derecha, como en el resto de Europa. Es sabido sin embargo que la Historia no se hace con los "si"
o con los "pero": por lo tanto, estos planteos citados por el
diario belga Le Soir no son más que eso, o sea divertidas
hipótesis. Lo cierto es que lo ocurrido entre el 18 y el 21 de junio del
1815 a pocos kilómetros de Bruselas cambió para siempre la
marcha de la historia de Europa. El bicentenario de Waterloo será recordado el próximo fin de
semana con la más espectacular reconstrucción histórica de todos
los tiempos: más de 5 mil comparsas en uniforme, 300 caballos,
100 cañones, centenares de periodistas, más de 190 mil
espectadores provenientes de todo el mundo. Ese será el espectáculo que se verá en este rincón de la
campiña belga para poder conmemorar la que es "La Batalla" por
excelencia, el choque militar entre 175 mil soldados que marcó
la definitiva derrota de Napoleón y el final de su epopeya. A lo largo de tres días diferentes iniciativas recordarán a
Waterloo, una de las batallas por otra parte más sangrientas de
la Historia: en apenas 24 horas -estiman los historiadores- hubo
alrededor de 27 mil muertos y heridos, los prisioneros fueron
8-10 mil, la misma cantidad que los desertores. En total, en los tres días de combates los muertos fueron 55
mil.
En el medio de lo que hoy es un parque histórico, donde acaba
de ser inaugurado un museo subterráneo debajo del campo de
batalla, habrá un primer "show" de inauguración, llamado
"Infierno", curado por Luc Petit, célebre director artístico
especializado en eventos de este tipo. El día siguiente, a las 20, tendrá lugar la primera evocación
histórica, con el simulacro del ataque francés -la que de hecho
marcó el comienzo de la trágica jornada- contra las tropas
ingleses comandadas por el Duque de Wellington, y las prusianas
bajo el mando del mariscal Gebhard Leberecht von Blücher. Los últimos dos programas tendrán lugar al día siguiente,
cuando los espectadores presentes podrán asistir a la reacción
victoriosa de las tropas aliadas alrededor de la célebre
factoría Hougoumont, una suerte de granja que había sido
reforzada por los británicos desde donde fueron lanzadas las
ofensivas de artillería y caballería que lograron desbaratar
definitivamente a la Guardia imperial napoleónica.
Todo ocurrió por otra parte en pocas horas y fue un baño de
sangre. Para los franceses fue también una derrota histórica, una
herida que según parece sigue ardiendo. Un poco en broma, un
poco en serio, en los días pasados París y Bruselas volvieron a
sacarse chispas sobre Waterloo, esta vez en el frente
numismático. Bélgica había decidido celebrar el bicentenario con una
moneda conmemorativa de dos euros, moneda que tenía como imagen
y telón de fondo precisamente el campo de batalla.
Pero París reaccionó de inmediato y protestó, observando que
la batalla sigue de todos modos siendo un "símbolo negativo",
visto que en esos días "murieron decenas de miles de seres
humanos". Bruselas evitó a su vez insistir y decidió acuñar una nueva
moneda pero únicamente conmemorativa, con un valor nominal de
2,5 euros (sin circulación) pero con un precio de venta de 6
euros.
Este gesto irritó nuevamente a París: a la evocación de estos
días de Waterloo estarán presentes los representantes de las
familias reales de Bélgica, Holanda, Gran Bretaña y Luxemburgo.
Francia hizo saber por su parte que enviará "un alto
representante".
RIG/ACZ
16/06/2015 18:56
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