Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 21 (ANSA)- Niños con cáncer terminal pasan
sus momentos críticos entre juegos y reciben recompensas o hacen
realidad sus fantasías en uno de los más conocidos hospitales
públicos de la capital mexicana. "Aquí los niños cotorrean (bromean, ndr), no están tristes",
afirma Enrique López, jefe de Oncología del Hospital de
Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, que ha impulsado
un programa llamado "Tú eres magia". La idea es provocar la alegría de los pequeños sometidos al
yugo de las quimioterapias o la amputación de sus órganos. En esta tarea colabora un equipo multidisciplinario de
pediatras, psicólogos, psiquiatras, ortopedistas,
rehabilitadores, neurocirujanos, hematólogos y tanatólogos,
entre otros especialistas. En el pabellón de Oncología Pediátrica, los pequeños
pacientes tienen acceso a una ludoteca, donde pueden realizar
portarretratos, escenificar obras de teatro o leer libros
infantiles. Lejos de ser el "reino de la tristeza y el dolor" y de que
estén sumidos en la depresión junto con sus padres o la pasen
llorando y lamentándose de su suerte, los niños participan en
juegos, reciben regalos y participan en concursos. Por ejemplo, por cada sesión de quimioterapia que reciben se
les entrega una pequeña figurita de plástico, que equivale a 20
puntos. Si pasan su cumpleaños en el hospital se les da una
piedra de 5 puntos.
Cuando acumulan suficientes, los intercambian por premios.
Por cada 200 puntos, se les cumple un gran deseo, que puede ser
desde un viaje hasta conocer a algún famoso deportista al que
admiran.
Cuando a un niño con metástasis o invasión de células
cancerosas en alguna sus extremidades sufre una amputación,
apenas sale del quirófano recibe un perro de regalo, lo que
compensa su tristeza y le brinda momentos de alegría. "Recientemente se fue una niña que estaba bien triste por la
amputación, cuando vio al perro dio un grito de alegría.
Pareciera una tontería, pero así cubren su perdida", señala
López. "Ha sido un trato hermoso del personal. Hay mucha confianza
con los doctores, cualquier cosa que pregunte, me responden. Hay
un trato humano, cálido. Aman a los niños", dice Betsabé de la
Cruz, mamá de Eligio, un niño de 11 años que padece cáncer en
tejidos blandos. Recientemente, un niño que quería ser policía de élite
recibió una inesperada visita de un grupo de agentes tipo Swap. Aunque la escena pudiera parecer surrealista, el niño -que ya
murió- vivió el mejor instante de su vida y se colocó una gorra
y traía un arma de juguete, simulando que participaba en un
operativo contra delincuentes. A los niños del área de cáncer de este hospital no se les
engaña sobre su situación y saben que pueden morir. De hecho, se les dice que la sala de terapia intensiva es "la
ventana al cielo", lo que significa que están al borde de
fallecer, pero se les enseña a enfrentar una situación
inexorable. Cada año, grupos de voluntarios del hospital organizan
campamentos con los niños más graves que acumulan los 200 puntos
y se los llevan a la playa o a algún lugar recreativo. "A veces se nos complican ahí, pero los niños van felices.
Les anima ser tratados como cualquier otro niño", afirma López. "Son muy humanos con ellos, no los tratan como enfermos",
dice Natalia Hernández, mamá de Brayan, un paciente de 16 años. Las habitaciones del hospital no están pintadas de blanco
como cualquier centro médico sino se les permite decorarlas con
personajes de dibujos animados o de héroes. Además, se les permite evitar el típico traje hospitalario
para poder usar pijamas decoradas con figuras de personajes de
filmes infantiles de Hollywood.
MRM-ADG/ACZ
21/06/2015 17:38
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