MILAN, 25 (ANSA)- La nueva revolución científica pasa por
la "proteómica", el conjunto de todas las proteínas producidas
por el ADN de un ser vivo, que tiene un inesperado papel de
primera plano en la ciencia de la nutrición. Estas proteínas influyen tanto en la comida que "cura" como
en la que potencia el sistema inmunitario, pasando por el
alimento que oculta en sus proteínas el "secreto" de
un gusto mejor. Sobre este tema se inauguró en Milán el IX Congreso de la
Sociedad Europea de Proteómica: "Decir que somos lo que comemos
y que el alimento puede ser nuestra medicina no es sólo
filosofía -explicaron los organizadores- sino una
realidad incuestionable". "Es sabido, en efecto, que la comida que ingerimos se
transforma y está hecho también de proteínas que nuestro cuerpo
utiliza, en una compleja relación directa", agregaron. Estudiar el proteoma de los alimentos, y por lo tanto el
conjunto de todas las proteínas que contienen, "nos da la
conciencia de que el alimento, una vez ingerido y por lo
tanto transformado por el organismo humano, puede cambiar
la estructura de sus proteínas, para mejor o para peor". El estudio de las proteínas de la leche y de la leche
materna, por ejemplo, "demostró que existen proteínas que ayudan
al desarrollo cognitivo; otras plasman y mejoran el sistema
inmunitario del niño, haciéndolo más fuerte". "Las investigaciones confirman la esencialidad del
amamantamiento, probando que garantiza una continuidad no sólo
psicológica sino también psicológica", observaron los expertos. La proteómica permite asimismo seleccionar tipos de leche
capaces de reducir las reacciones alérgicas de los niños
intolerantes. "Después de la leche de burra, ya usada y conocida
desde hace mucho tiempo -subrayaron los investigadores- algunos
investigadores están trabajando en el empleo de leche de
camella". Otro filón de investigación es el que se concentra en el
"microbiota", es decir el conjunto de bacterias presentes en
forma natural en los alimentos, estrechamente vinculado con
el tema de la seguridad y calidad del alimento. La mayor parte de los alimentos que forman parte de nuestra
tradición y cultura alimentaria, como leche, lácteos, carne, son
"alimentos vivos": es decir que contienen microorganismos
típicos del alimento que le confieren sus características
particulares. Estudiar el proteoma de estos microorganismos y las
interacciones que tienen con la comida "proporciona importantes
informaciones sobre cómo mantener esta flora benévola y
contrastar los microorganismos patógenos que pueden
contaminarlo". Y si los microorganismos peculiares de un territorio
particular la dan su sabor típico, es fácil intuir que tal vez
son las proteínas el "secreto" de su "bondad": "El gusto
-concluyeron los expertos- depende también del proteoma".
GDC/ACZ
25/06/2015 19:32
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