Por Francesco Cerri
MADRID, 6 (ANSA) - La "duquesa valiente", como la llama la
prensa de Madrid, intentará dentro de algunos días convertirse
en la primera persona con esclerosis múltiple en atravesar a
nado el Estrecho de Gibraltar. María Cristina Osorio y Malcampo, octava duquesa de
San Lorenzo de Vallhermoso, quinta condesa de Joló, cuarta
vizcondesa de Mindanao y décima marquesa de Casa Villavicencio,
tiene 40 años. Desde hace 14 sufre de esclerosis múltiple. La primera crisis le paralizó las piernas. "Pensé que
quedaría en silla de ruedas y moriría: llamé a mis amigas y
organizamos una fiesta furibunda. Quería vivir la vida
hasta el fondo", contó. Lo que siguió, en cambio, fue una lenta recuperación. Como
su padre -Beltrán Alfonso Osorio y Díaz de Rivera, 19° duque de
Albuquerque- María Cristina antes de su enfermedad era una
jinete de alto nivel, miembro del equipo olímpico español. Con un trabajo durísimo, logró finamente volver a montar a
caballo. Pero en 2008, una segunda crisis casi le hizo perder la
vista: desde entonces, recuperó sólo un ojo y en forma parcial,
de modo que abandonó la equitación y comenzó a correr. María Cristina se convirtió en la primera española con
esclerosis múltiple en correr una maratón: más de 42 kilómetros.
"No quería abandonar el deporte, porque sabía que me ayudaría a
combatir la enfermedad", explicó. Sin embargo, fuertes dolores en la cadera la obligaron a
abandonar también las careras. Así empezó a nadar, siempre con
una voluntad de hierro. Después de cuatro años de entrenamiento -"a veces es
durísimo, un esfuerzo bestial"- ahora se considera lista para el
desafío del Estrecho de Gibraltar, 14 kilómetros de agua entre
Africa y Europa. Su intento, entre el 22 y el 27 de julio, llevará
financiaciones a la Fundación Humanitaria Khanimambo, que se
ocupa de 400 niños con distintas discapacidades en Praia de Xai
Xai, en Mozambique. "Nosotros discapacitados crónicos debemos dejar de mirarnos
el ombligo. Siempre hay alguien que está peor que tú", dijo la
duquesa al diario ABC.
Hace tres años, después de muchas dudas, se decidió a
convertirse en madre: ahora tiene una niña, llamada Ada. Y si al
principio tenía miedo de alzarla, por si le cedieran las
piernas, comprendió que "con el miedo no se va a ningún
lado. Hay que seguir avanzando, siempre hay que avanzar".
CEF/ACZ
06/07/2015 19:24
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