Por Tullio Giannotti
PARIS, 13 (ANSA) - "El mundo del silencio" el viaje por
los océanos firmado por el comandante Jacques-Yves Cousteau y el
realizador Louis Malle, Palma de Oro en Cannes en 1956, una joya
para los ambientalistas, fue literalmente destrozado en un
documental de Gerard Mordillat, que lo define como
"ingenuamente desagradable". Dieciocho años después de la muerte del comandante que con
sus exploraciones y relatos dejó con la boca abierta a millones
de lectores y espectadores, su obra más conocida -que también
fue premiada con el Oscar al Mejor Documental un año después
de Cannes- quedó ridiculizada. Mordillat realizó una transmisión en línea para examinar la
gesta de los buzos, fotógrafos, exploradores y la tripulación de
la nave "Calypso", que fue la base de aquella exploración
submarina. En primer lugar es el propio protagonista, definido
como "el imposible comandante Cousteau", quien termina en la
mira, definido como un "pachá" que no sabía distinguir babor de
estribor, y que realizó un film cuyo único objetivo era
"molestar a los peces y toda la fauna submarina". Las escenas más ridiculizadas son aquellas donde se
ve a un buzo arrastrado por una tortuga que casi lo sofoca, y la
destrucción de un pedazo de barrera coralina para identificar
las especies que lo habitan, un gesto que habría tenido "como
único resultado la muerte de un millar de peces". Y además, la suerte de venganza con fusil y bastones contra
los tiburones que habían devorado a un cachalote herido por la
hélice del Calypso. El film, en síntesis, en la revisión de Mordillat parece un
triunfo de barbarie subacuática. Para el realizador, el film fue
efectivamente "profético", un anticipo de la "destrucción masiva
de la barrera coralina, del exterminio de los animales marinos,
de la caza, la contaminación, el cinismo de todos los gobiernos
en nombre de la ciencia, la investigación y el beneficio". "Filmes vergonzosos como ese, e innobles, si los vemos hoy de
nuevo nos preguntamos cómo hemos podido ser tan ciegos", agregó. En el debate desencadenado en Francia, llegó en defensa de
Cousteau su colaborador Francois Sarano, oceanógrafo que durante
13 años estuvo próximo al comandante. "Admito que en esa época éramos increíblemente ingenuos -dijo
en una entrevista con L'Express- pero Cousteau abrió el juego y
se convirtió en protector de la naturaleza". "Comprendo estas reacciones hoy pero hay que poner al film en
su contexto: nuestro planeta tenía 2.700 millones de habitantes,
el mar era un elemento desconocido, y a nuestros ojos
representaba todavía un cuerno de la abundancia
inagotable", concluyó Sarano.
GDC/ACZ
13/07/2015 19:21
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