NUEVA YORK, 19 (ANSA)- Nueva York le declaró la guerra al
sistema Uber, una aplicación para telefonía celular que permite
obtener automóvil con chofer rápidamente para desplazarse por la
ciudad y que ha puesto en jaque a las empresas de taxis. La Gran Manzana, encabezada por el alcalde Bill De Blasio, se
propone poner límite al crecimiento de la aplicación que, con
sus coches, ha invadido las calles de la ciudad incrementando la
congestión de tránsito en calles y autopistas. El Ayuntamiento Municipal votará la próxima semana sobre la
cuestión, pero ya han estallado las controversias. De hecho Uber
acusa a De Blasio de salir en defensa de las empresas de taxis,
que figuran entre sus principales fuentes de ingresos en el pago
de tasas e impuestos.
Pero nadie puede negar el éxito de Uber entre los ciudadanos.
Las últimas cifras no dejan lugar a dudas: en el periodo
abril-junio, Uber superó a los taxis, con el 55% de los ingresos
del transporte terrestre de todo Estados Unidos frente al 43% de
los tradicionales autos de alquiler.
La compañía de sondeos Certify indicó en su estudio que la
aplicación dio un gran salto los tres primeros meses del año,
cuando los taxis dominaban las calles con 53% de la facturación. Uber domina especialmente en algunas ciudades, como Dallas
con un 60%, suma un 54% en Los Angeles y se impone en San
Francisco de modo abrumador con el 79% de la facturación del
transporte terrestre.
El sitio de Uber cuenta a Jeb Bush, precandidato presidencial
republicano entre sus clientes, quien posee una cuenta con un
vehículo para moverse dentro San Francisco. El éxito de Uber ha creado y sigue creando dificultades
en muchas ciudades no sólo en los Estados Unidos. La novedad de
este servicio llevó a empresas de taxis en toda Europa a salir a
las calles a manifestarse en contra y en algunos casos llevaron
la cuestión a los estrados judiciales.
En algunos estados norteamericanos, el servicio no es mal
visto, incluso en ausencia de reglas claras sobre su inserción
en la economía local. California ha impuesto una multa de 7,3
millones a Uber por no proporcionar información sobre sus
conductores y el número de coches equipado para el servicio a
disponibilidad de discapacitados.
La portavoz de Uber, Eva Behersmd, expresó su "profunda
decepción" y dijo que la empresa presentará un recurso judicial
en Nueva York. Pero la Gran Manzana redobla la apuesta. Uber, incluso en este caso, no tiene intención de quedarse de
brazos cruzados. La aplicación ha apelado a la publicidad para
solicitar a la opinión pública su opinión. "Para mí esta batalla de De Blasio contra nosotros no está
vinculada al tránsito en la ciudad, sí a las recaudaciones",
afirmó el gerente de Uber, David Plouffe, quien fue el ex
director de la campaña de Barack Obama. Uber conecta a pasajeros con conductores a través de su
aplicación, permitiendo más posibilidades de transporte para los
usuarios y mejores negocios para los conductores.
Desde su fundación en 2009 se ha extendido a más de 70
ciudades en todo el mundo. El usuario debe descargar la aplicación y luego de
registrarse debe permitirle encontrar su ubicación a través del
GPS. El cliente elige entre diferentes modelos de auto: un Sedán
negro para cuatro personas; un taxi tradicional que tiene
acuerdo con la empresa; un UberX, que sería la versión barata;
una camioneta deportiva para seis o un auto de lujo, que es el
más costoso. Tras eso presiona en el botón que activa el pedido. Uber
encuentra al chofer más cercano a través de la geo-localización
y lo envía hacia el cliente. Las tarifas dependen de cada ciudad pero por lo general son
más baratas que un taxi tradicional. Uber se lleva una comisión
del pago del viaje y solo acepta pagos con tarjeta de crédito.
ADG-ADG/ACZ
19/07/2015 19:06
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