Por Cinzia Conti
ROMA, 22 (ANSA) - Con su pelo negro y un ladrido que no
se oye pero se adivina por la actitud, es sin duda uno de los
perros más famosos del mundo: es el que aparecer representado en
el mosaico romano de Pompeya con la leyenda "cave canem",
cuidado con el perro. El célebre mosaico, repetido en incontables souvenirs y
fotografías de la ciudad romana destruida por la erupción del
Vesubio en el año 44 d.C., está en el umbral de ingreso a la
Domus del Poeta Trágico de Pompeya. Su notable sentido del movimiento, el realismo y el cuidado
por los detalles lo transformaron en un símbolo del arte del
siglo I: pero esta obra maestra, hasta hace pocos meses,
se veía fuertemente afectada por la lluvia que de modo
inexorable se colaba entre los mosaicos. Hoy en cambio fue restaurado y devuelto a la vista de los
visitantes que recorren Pompeya en todo su esplendor. El mosaico
además fue colocado en una suerte de exhibidor transparente que
lo protege del paso del tiempo pero al mismo tiempo lo hace
visible a los ojos del público. Mientras tanto, las autoridades responsables de los bienes
culturales anticiparon que probablemente pronto se extenderá el
área arqueológica de Pompeya accesible a los visitantes. Durante este verano boreal, se está realizando además la
apertura nocturna del área en el ámbito de la manifestación del
ministerio de Turismo "Sábados por la noche en el museo". En
varias noches de julio, más de 1.000 personas recorrieron
las ruinas de Pompeya y la vecina Herculano. Además en Pompeya, todos los sábados de 20 a 24 y por
dos euros, se puede visitar hasta el mes de octubre bajo las
estrellas "Rapiti alla morte", en el Anfiteatro del área
arqueológica.
Allí se presenta una serie de calcos restaurados, mientras
en Herculano se puede ver el Pabellón de la Barca, con una vista
panorámica desde lo alto de toda la ciudad iluminada, incluyendo
las excavaciones y los esqueletos de parte de las víctimas de
la histórica erupción.
GDC/MRZ
22/07/2015 20:10
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