Por Aldo Baquis
TEL AVIV, 6 (ANSA) - Considerada como un Ave Fénix o una Fata
Morgana, o una suerte de Quimera, la 'Metropolitana de Tel Aviv'
asume ahora la forma de un proyecto real y tangible. Los habitantes mismos de la ciudad israelí quedaron
asombrados. Esta semana las excavadoras se pudieron ruidosamente a
trabajar en la calle central Allenby y -si todo va bien- en 2021
el primer pasajero podrá utilizar en Tel Aviv de un moderno
medio de transporte masivo. "Dejamos atrás 60 años de promesas", dijo el ministro de
Transportes, Israel Katz. En realidad el primer visionario de los transportes masivos
fue el ingeniero libanés Franjie que en 1892 proyectó en Jaffa
una moderna línea de vagones arrastrados por rieles a caballo. Ese era el primero de una avalancha de proyectos: todos ricos
en fantasía y todos enmohecidos en los archivos de la ciudad.
En 1913 el hombre de negocios ucraniano Abrabanel se ofreció
a financiar un tranvía en Tel Aviv. La "ciudad judía" había
apenas cumplido cuatro años y contaba con 200 casas: el alcalde
Dizengoff declinó la idea. En Jaffa (a las puertas de Tel Aviv) fueron los ingleses del
Mandato los que realizaron un "tren liviano" que durante ocho
años (1920-1928) atravesó barrios residenciales. Luego fue dejado oxidarse. En los años '60 los laboristas
israelíes impulsaron una serie de audaces proyectos públicos. En Tel Aviv se volvió a hablar entonces de una metropolitana
y fueron invitados expertos de París y Londres. Muchos aún recuerdan ancora la entrevista del alcalde
Rabinovic que en 1970 declaró solemnemente en la televisión: "No
hay alternativa, Tel Aviv tendrá la metropolitana".
Tres años más tarde, la premier Golda Meir confirmó a los
últimos perplejos que "un equipo de expertos comenzó el
proyecto. El ministro de Transporte Shimon Peres se ocupará". Cuarenta y dos años después, terminados los proyectos, las
tareas de excavación comenzaron finalmente. Se parte con la realización de la "Línea Roja" de 22
kilómetros de extensión -desde Jaffa al norte, hacia Ramat Gan-
tendrá 23 estaciones, diez de las cuales a 30 metros de
profundidad debajo del asfalto.
Será utilizada, según las previsiones, por 100 millones de
pasajeros al año. En paralelo se construirán otras seis líneas para unir la
metrópolis con algunas ciudades-satélite. Se eligió el mes de agosto para iniciar las obras porque el
volumen del tráfico ciudadano es relativamente bajo. Pero luego, necesariamente, se deberán abrir en el centro de
la ciudad otros obradores, y algunas arterias de ingreso pueden
quedar atascadas. Las previsiones de los diarios hablan del caos y los
embotellamientos. Para reducirlos, se prepararon mega
estacionamientos en los ingresos de Tel Aviv y los que viajan
cada día fueron llamados a dejar sus autos y continuar en
transporte público. El futuro de Tel Aviv tal vez es rosado, pero el futuro
próximo parece oscuro. El diario Haaretz sintetizó todo con una caricatura
pesimista. La arteria de acceso a Tel Aviv está bloqueada por
una valla sobre la cual un cartel dice: "Vuelvan en 2045".
XBU/MRZ
07/08/2015 20:04
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