Por Francesco Cerri
MADRID, 14 (ANSA) - La reapertura de la Plaza de Toros
de San Sebastián, joya del País Vasco, le devolvió la sonrisa al
sector taurino después de semanas de polémicas por la "guerra de
la corrida", reabiertas por la conquista de varias grandes
ciudades por las juntas de Podemos. Entre polémicas y cuestionamientos -también contra la
monarquía de los Borbones y el ex rey Juan Carlos, que estuvo
presente en la primera corrida, toros y toreros volvieron a
Donostia tras dos años de prohibición impuesta por la vieja
junta municipal independentista de Bildu. Como en Cataluña -donde la corrida fue prohibida hace
cinco años- esta práctica es vista en el País Vasco como una
manifestación "imperialista" española por los independentistas,
dispuestos a aliarse con los protectores de animales para
prohibirla. Pero Bildu perdió las municipales de mayo, y San Sebastián
tiene ahora un gobierno de coalición entre nacionalistas del PNV
y socialistas. Así la corrida, además transmitida en directo por la
televisión pública TVE, volvió a ser el evento principal de la
Semana Grande Donostiarra de agosto. Menos favorables a la corrida que el premier popular Mariano
Rajoy -que la declaró Patrimonio Artístico Nacional- socialistas
y nacionalistas no fueron insensibles a los datos económicos
proporcionados por la Cámara de Comercio. Desde el año 2000 las corridas atrajeron cada año a un
promedio de 65.000 espectadores y aportaron 120 millones de
euros a la economía local. De hecho, con la reapertura la plaza
de toros de San Sebastián prácticamente agotó las entradas. Para el sector taurino, la "victoria" de San Sebastián es un
bálsamo tras los reveses sufridos en las grandes ciudades, de
Madrid a Zaragoza, de Valencia a La Coruña, conquistadas en
mayo por Podemos. Los alcaldes post-indignados tomaron posición contra la
corrida, anunciando prohibiciones y recortes de fondos públicos.
Un giro que les dio aire a los animalistas, dispuestos a
arrojarse a la arena para denunciar a los "toreros
asesinos". Días atrás en Marbella el célebre torero Morante de la
Puebla, enfurecido por la irrupción de dos cruzados anticorrida,
a modo de protesta decidió "graciar" al toro contra el que
combatía. El "matador" Sebastián Castellá por su parte, en nombre
de sus colegas, denunció una "persecución política" contra los
toreros y el sector taurino "vilipendiados cada día en los
medios". "Se viola nuestro derecho al honor llamándonos
'asesinos', nos privan de nuestro derecho al trabajo
cerrando las arenas por el capricho de gente que en
nombre de un presunto progreso cree poder privar
de libertad a un pueblo y millones de
aficionados". Castellá invitó a los partidarios de la corrida a manifestar
contra los animalistas, que preparan una gran manifestación en
Madrid el 12 de septiembre, contra el famoso Toro de la Vega
de Tordesillas.
En la ciudad, cercana a la capital española, desde hace
siglos cada año un toro es perseguido y al final muerto -frente
a miles de espectadores- por los habitantes armados con lanzas.
CEF/ACZ
14/08/2015 19:16
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