Por Ugo Caltagirone
NUEVA YORK, 30 (ANSA) - Mientras Europa enfrenta la crisisde
los refugiados más dramática desde la guerra, el tema de la
inmigración está calentando la campaña electoral para las
elecciones presidenciales en EEUU, donde la precandidata
demócrata Hillary Clinton atacó hoy muy duramente a los
republicanos. Con muy firmeza, Hillary acusó a los candidatos de la derecha
de querer recurrir a deportaciones masivas que recuerdan
-destacó- los métodos de los nazis. "Quieren deportarlos en vagones", denunció la ex secretaria
de Estado, en referencia a los once millones de inmigrantes
indocumentados, mayoritariamente hispanos, que viven y trabajan
en Estados Unidos. Inmigrantes que la Administración de Barack Obama ha
comenzado a regularizar, gracias al decreto aprobado en
noviembre pasado por la Casa Blanca, ley que ha de hecho abierto
las puertas del sueño americano a alrededor de unos cinco
millones de inmigrantes irregulares. Pero la corriente de migrantes desde la frontera con México
no cesa, mientras aumenta también el preocupante fenómeno
de los niños no acompañados.
Frente a esta situación, el magnate Donald Trump -hasta ahora
el verdadero protagonista de la campaña electoral- tras proponer
días atrás la construcción de un muro en la frontera sur de
Estados Unidos, destacó que su objetivo es por otra parte
expulsar del país a todos los inmigrantes ilegales, incluidos
los niños nacidos en suelo estadounidense. Una medida así superaría, eventualmente, la 14/a enmienda de
la Constitución de Estados Unidos, que reconoce el derecho de
ciudadanía a quienes nazcan en territorio estadounidense. Una línea dura, esta última, que para muchos observadores
recordó la suerte súbita de muchas familias "Mexican-American",
que durante los años de la Gran Depresión se vieron obligadas a
salir de los Estados Unidos, a pesar de que muchos tenían el
derecho a residir y trabajar.
En aquel momento se impuso la teoría según la cual en un
período de gravísima crisis estas personas "roban" el trabajo a
los estadounidenses. Pero no sólo se trata de Trump. El gobernador republicano de
Nueva Jersey, Chris Christie, promete: "Si soy elegido
presidente, combatiré la inmigración ilegal mediante la creación
de un sistema en grado de 'rastrear a los inmigrantes como un
paquete de FedEx".
Christie luego aseguró que pediría explícitamente al 'número
uno' de la conocida empresa de expediciones que desarrolle un
sistema de trazabilidad eficaz para los inmigrantes, como el
diseñado para los sobres y cajas que FedEx utiliza para los
envíos de un lado a otro del planeta. Aunque con más moderación, también el candidato republicano
Jeb Bush ha generado un escándalo con una metedura de pata
durante un reportaje en vivo por la radio hablando de "bebés
ancla": expresión que define a los niños nacidos en los Estados
Unidos de inmigrantes ilegales, para que se le reconozca la
nacionalidad estadounidense al recién nacido. Una expresión considerada ofensiva, que ha costado a Bush un
mar de críticas, tanto que le hizo recurrir a una reacción
descontrolada y nerviosa: "¿Usted tiene un término mejor?. Déme
un término mejor, y yo lo uso", respondió molesto, temiendo
dañar su línea intencionadamente más moderada y "presidenciable"
respeto a la mayoría de los otros candidatos republicanos,
encabezados por Trump.
El mismo Trump fue por otra parte el primero en instalar la
polémica cuando durante su campaña electoral describió a los
mexicanos como "violadores y traficantes de drogas."
CU-AEF/ACZ
30/08/2015 19:58
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