Por Rosanna Pugliese
BERLIN, 2 (ANSA) - El aniversario de los 25 años de la
reunificación llega para Alemania en un momento en el que el
país tiene una gran fuerza económica mientras se enfrenta por
otra parte a la crisis de los migrantes y al devastador
escándalo de Volkswagen. La canciller Angela Mekel recibió con los brazos abiertos a
centeneres de miles de migrantes, pero luego debió constatar que
esta oleada de arribos es demasiado también para un país como
Alemania, hecho que le añadió una cuota de incertidumbre a los
festejos por la reunificación entre el Este y el Oeste, que tuvo
lugar el 3 de octubre de hace 25 años. Pero dicho ésto, el balance de este "primer" cuarto de siglo
de la nueva Alemania es indudablemente muy positivo, como
seguramente será recordado mañana en los festejos organizados en
Frankfurt.
"La unidad alemana salió bien", comenta por ejemplo Merkel en
un video colgado en el sitio web del gobierno dedicado
precisamente a los diferentes aspectos de la reunificación. Hoy día las diferencias entre el Este y el Oeste casi no se
distinguen: la "perpectiva de vida" entre ambas partes del país
es igual, destaca Merkel, quien nació en la vieja RDA y que a lo
largo de los últimos diez años se ha convertido en la mujer más
potente del planeta. La operación política-diplomática llevada a cabo por Helmut
Kohl hace 25 años está muy presente en la memoria: millones de
personas dejaron a la Alemania oriental generando un éxodo cuyo
efecto fue el de derrumbar al muro de Berlín, abriendo así las
puertas a la sucesiva reunificación.
Al destacar el "sentimiento de fondo" existente en el país en
esos meses, Merkel recordó que "cuando uno debe afrontar una
gran tarea, entonces hay que lograr concretarla", con una clara
referencia a la crisis del presente para Alemania, y Europa, o
sea la emergencia de los migrantes. "Podemos lograrlo", insiste en otras palabras "Frau Merkel",
que pese a las tantas críticas que se le hace podría incluso
llegar a ganar el Premio Nobel por la Paz, reconocimiento que no
contaría con el apoyo por ejemplo de muchos europeos del sur del
continente -a raíz del severo rigor alemán en la Eurozona- o de
aquellos que la acusan de fragilidad política precisamente
frente a la "crisis migrantes".
Alemania es hoy día un país maduro, abierto, y que quizás ha
hecho las cuentas con su pasado como ninguna otra nación en el
mundo.
Tiene una democracia envidiable, un poderío económico sólido
basado entre otros aspectos en la confiabiildad de su industria:
por lo menos, hasta el escándalo de la Volkswagen, que sacudió
tanto a la economía como a la opinión pública del país.
De una u otra manera, Alemania sigue por otra parte siendo
campeón mundial de las exportaciones, mietras que en el frente
de la política exterior tiene un liderazgo reconocido a nivel
mundial. (ANSA)
PGL-RIG/MRZ
02/10/2015 23:01
|