Por Pierluigi Menitti
BERLIN, 3 (ANSA) - Nada recuerda hoy el hollín en las
habitaciones apenas iluminadas en las que los hombres de la
Stasi, la temible policía secreta de Alemania del Este, se
esforzaron en destruir lo que podían de los millones de
documentos sobre las "vida de los otros" recogidos a lo largo de
cuatro décadas. Eran las noches posteriores a la caída del Muro de Berlín y
las horas para hacer desaparecer al menos las actas más
sensibles estaban contadas.
Hoy, 25 años después de la reunificación alemana, 500
millones de fragmentos de esos papeles son la materia prima de
una obra para el Guinness: la recomposición de un inmenso
rompecabezas que desde hace dos décadas los expertos intentan
reconstruir. Y el trabajo puede considerarse aún en los inicios.
En la Stasi se sabía que nada sería como antes y aniquilar
todo era la orden irrevocable.
Algunos documentos fueron quemados, otros vueltos ilegibles
al empastar papel con agua, otros simplemente triturados.
El 20% -algunos dicen el 50%- fue destruido y lo que quedaron
fueron las actas intactas así como fragmentos.
Según algunas estimaciones, se necesitarían unos "800 años"
para juntar todo, pero ahora una computadora y un software
permiten acelerar los tiempos.
En tanto, esas habitaciones con mucho polvo hoy día lucen
blancas y limpias, asépticas como las habitaciones de un
hospital.
En el edificio cuadrado del viejo Ministerio del Servicio de
Seguridad de la República Democrática Alemana en Berlín, ANSA y
otros medios accedieron al ala en la cual los responsables de la
oficina federal custodian el delicado tesoro confiado por el
Estado alemán: las actas de la Stasi.
En el piso subterráneo están los archivos, informes
custodiados por orden alfabético en los casilleros. Cada
ciudadano, haciendo una solicitud, puede consultar el suyo. En
la parte superior, con ventanas con vistas a los tejados de los
caserones del distrito oriental de Lichtenberg, Olaf Sobolewski,
un joven rubio, con gafas y de unos treinta años, coordina el
grupo de trabajo que trata de rearmar el rompecabezas Stasi. En una mesa se encuentran dos expertos, un hombre y una
mujer, muy jóvenes, ante quienes se ven centenares de pequeños
fragmentos de papel, recogidos de colmadas bolsas de arpillera. Los dos analistas dividen manualmente las piezas del
rompecabezas en pilas, separándolas por tipo de escritura,
papel, color; luego las recogen en cajas especiales.
"El primer trabajo manual es necesario para recoger los
pedazos homogéneos y volver más simple la obra de la
computadora", explicó Sobolewski. Desde hace algún tiempo la operación final fue confiada a la
bondad de la innovación digital: las piezas del rompecabezas son
escaneadas, luego reunidas a través de elaboraciones
algorítmicas de un software de procesamiento creado por el
Fraunhofer Institute.
Antes sólo había las manos de hombres, pero en 2013 llegó la
tecnología para acelerar el trabajo. Una bolsa por mes es la que
llegan a procesar los 9 empleados involucrados en el proyecto.
"Si tuviéramos más gente a disposición, podríamos ir más rápido,
pero por ahora nos conformamos", concluyó Sobolewski. (ANSA)
Y3K-MZU/ACZ
03/10/2015 20:46
|