Por Francisco Forteza
LA HABANA 8 (ANSA) - En la historia de Estados Unidos y Cuba
los tiburones fueron a menudo símbolos políticos para "mostrar"
la "voracidad" del país vecino, pero tras la irrupción del
"deshielo" un monstruoso escualo parece unir a científicos de
ambas naciones. Muchos telespectadores cubanos supieron solo ahora que hace
70 años en Cojímar, una pequeña localidad costera a unos 15
kilómetros del centro de La Habana famosa por la célebre novela
"El Viejo y el Mar" de Ernest Hemingway, fue capturado el que
según se afirma es el mayor tiburón de la historia: 6,4 metros
de largo y 3.175 kilos de peso. Un programa titulado "Tiburones: The Sharks of Cuba", filmado
en febrero y transmitido por el Discovery Channel en julio,
aún pasa de mano en mano entre los cubanos: allí se habla de
tiburones, pero sólo en el frente científico, como tema de
estudios conjunto entre expertos de Cuba y de EEUU, en el marco
de un programa para encontrar escualos salvados de la extinción
en el "casi virgen" ecosistema marítimo de Cuba. Un proyecto que logró llevarse a cabo precisamente tras las
nuevas relaciones impulsadas entre los dos países a partir de
diciembre pasado.
Los estudios indican que el Caribe posee alrededor de un 20%
de la biodiversidad mundial de tiburones. El "Monstruo de
Cojímar" parece probarlo. Sus fotos fueron usadas por el
documental y pueden encontrarse en Internet. Muestran por
ejemplo a imágenes en blanco y negro de unos veinte pescadores,
lugareños y curiosos de pie, todos en fila detrás del enorme
animal, que a su vez sale en primer plano.
Durante estas exploraciones los expertos "etiquetaron" a dos
grandes ejemplares en aguas cubanas. Lo que esperan ahora los
científicos de ambos países es que el "deshielo" tenga el éxito
suficiente como para permitir otras investigaciones bilaterales
de este perfil. Además de permitir avances precisamente en el conocimiento de
los tiburones, los estudios permitirían beneficios ecológicos
además de mejorar la terrible "imagen siniestra" que se les
atribuye.
En "El Viejo y el Mar" Hemingway describió un viejo pescador
de Cojímar que captura a un enorme pez que no puede subir a su
pequeño bote.
Mientras lo lleva amarrado y flotando a la costa, sufre los
rigores de su cuerpo y la turbulencia del mar y varios tiburones
atraídos por la sangre van devorando al pez hasta dejarlo sin
carne. Tan solo la cabeza del animal prueba el éxito del
pescador, que logra regresar a casa. El escritor demostró así en su obra, una vez más, su concepto
de que el individuo puede ser destruido pero no vencido.
Otro libro, del guatemalteco Juan José Arévalo (1904-1990),
editado en 1956 bajo el título de Fábula del Tiburón y la
Sardina, tuvo gran éxito en Cuba tras triunfar el 1/0 de enero
de 1959 la revolución que al establecer un sistema socialista
entró en colisión con Washington. Este trabajo muestra como "sardinas" a los pequeños países de
América Central mientras que el rol del "tiburón" le corresponde
a Estados Unidos, representado a su vez por la empresa bananera
United Fruit.
Paradójicamente, en el camino abierto por el "deshielo" ahora
el "monstruo de Cojímar" puede promover una mejor imagen de los
escualos.
BY2/ACZ
08/10/2015 17:48
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