Por Cristoforo Spinella
ESTAMBUL, 11 (ANSA) - "Estamos en Ankara para traer la paz":
esto fue lo que escribió la joven estudiante Dicle Deli
comentando un selfie sacado junto a otros manifestantes en un
autobus dirigido a la marcha de la paz poco antes de la doble
explosión que provocó la masacre de ayer en Ankara. El rostro sonriente de Dicle es uno de los símbolos del
horror que vive Turquía en estas horas a raíz de la matanza, en
la que perdieron la vida jóvenes, trabajadores, sindicalistas,
políticos y un niño de nueve años, Veysel Deniz Atilgan: la
víctima más joven, que estaba en el lugar de la mano de su
padre, Ibrahim, de 55 años. Su objetivo era transmitir al hijo
el valor del pacifismo. También él perdió la vida en el doble
ataque suicida. Pocas horas después del atentado once de los jóvenes que
formaban parte del grupo en el que se encontraba Dicle perdieron
la vida y otros cuatro resultaron heridos. De ellos se salvaron
solamente los tres que pocos minutos antes se habían alejado del
lugar para comprar algo para tomar. Estas son solo algunas de las historias del sábado de sangre
de Ankara, donde debía realizarse una marcha para resaltar la
paz y reclamar el silencio de las armas en el conflicto entre
Turquía y el PKK (Partido de Trabajadores de Kurdistán). Dicle y los otros estudiantes habían partido desde Malatya,
en la Anatolia oriental, formaban parte de la juventud del
partido socialdemocrátaca CHP, principal fuerza opositora del
AKP del presidente Recep Tayyip Erdogan, quien para muchos
turcos es el responsable de la masacre, o por lo menos de no
haberla evitado. El selfie ha salido quizás algo fuera de foco hecho que le da
más autenticidad a lo que en esos momentos vivía el grupo en
viaje para la manifestación: muchos de ellos sonríen y hacen la
señal de la victoria con los dos dedos, demostrando así su
participación y optimismo en vista del evento.
Entre las víctimas figuran por otra parte políticos y
candidatos a las elecciones anticipadas que dentro de veinte
días decidirán el futuro del país, tras el voto del pasado 7 de
junio cuyo resultado no permitió la formación de un gobierno. Kubra Meltem Mollaoglu fue per ejemplo sepultada ayer en
Estambul, donde se había presentado a las elecciones con el
partido filo-kurdo HDP. En las redes sociales circula otro selfie, con la imagen de
Mollaoglu durante un evento político el pasado jueves junto a su
líder Selahattin Demirtas, conocido en el país como el "Obama
kurdo". Otro militante del HDP que perdió la vida en el atentado fue
Ayse Deniz, quien había partido desde Smirne para dirigirse a
Ankara junto a un grupo de compañeros. Y también el EMEP,
partido del trabajo marxista-leninista, llora este domingo sus
muertos de Ankara.
Entre funerales y marchas llenos de rabia y dolor, Turquía
recordó hoy a las víctimas de Ankara. (ANSA)
YLL-RIG/ACZ
11/10/2015 18:53
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