Por Francesco Cerri
LISBOA, 14 (ANSA) - Los descendientes de los judíos sefardíes
perseguidos por la Inquisición, masacrados, quemados u obligados
a exiliarse si se negaban a la conversión, vuelven a Portugal y
también a España medio milenio después. El gobierno de Lisboa informó que restituyó la ciudadanía a
los primeros tres descendientes de judíos sefardíes expulsados
del país con el edicto de 1496. Son las primeras naturalizaciones concedidas sobre la base de
la ley "de reparación" adoptada a principio de año por el
parlamento de Lisboa. Portugal y España decidieron casi simultáneamente este año
ofrecer una forma de compensación a los lejanos descendientes de
los judíos de hace 500 años, por los sufrimientos de sus
antepasados, concediéndoles la nacionalidad. Portugal ya recibió más de 200 pedidos. Dos hermanos judíos
panameños, cuyos antepasados vivían en Lisboa hasta la expulsión
de 1497, estuvieron entre los primeros en obtener la
nacionalidad portuguesa y europea. En España, donde la ley entró en vigencia a principios de
octubre, el gobierno hizo un gesto rápido hacia la comunidad
judía. El gobierno de Madrid concedió en forma inmediata la
ciudadanía a 4.302 judíos sefardíes, en su mayoría oriundos de
Marruecos, Turquía y Venezuela, cuyos ancestros habían sido
expulsados por el edicto de 1492 de los Reyes Católicos y que
habían pedido la nacionalización sobre una normativa precedente. No hay datos oficiales, pero según estimaciones del diario El
País los descendientes de los sefardíes ibéricos podrían ser más
de dos millones en todo el mundo, con comunidades aún
importantes naturalmente en Israel, pero también en Estados
Unidos, Francia y la Argentina. La mayoría de los judíos obligados al exilio de "Sefarad" -la
Iberia judía- se habían refugiado hace medio milenio en el
Imperio Otomano o en otros países europeos de Medio Oriente o el
norte de Africa. La ley española, más rígida y vigente durante sólo tres años,
fija diversos requisitos necesarios para obtener la ciudadanía
sin perder la que ya se tiene: conocimiento de la lengua,
cultura y situación actual del país, así como la presentación de
documentos
que confirmen sus orígenes. El interés es alto en Israel por los pasaportes de España y
Portugal porque abren la puerta de la Unión Europea, el mayor
mercado del mundo.
CEF/MRZ
14/10/2015 20:26
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