Por Aldo Baquis
TEL AVIV, 30 (ANSA) - El telón corre el riesgo de
bajar definitivamente en el teatro Al Hakwati de Jerusalén Este,
uno de los mayores símbolos de la efervescente cultura
palestina, después de 30 años de actividad. Aunque en el pasado sus puertas fueron cerradas a veces "por
razones de seguridad" por la policía israelí, ahora su suerte
está atada a una cuestión judicial: es decir, la intimación
de la compañía de seguros Migdal de cobrar en pocos días
una deuda de 150.000 dólares. La dirección del teatro -que vive de las contribuciones
de las asociaciones extranjeras- busca ahora activamente reunir
fondos entre amigos y partidarios, y proyecta también una
muestra con artistas extranjeros. Desde Ramalá, el presidente palestino Mahmoud Abbas (Abu
Mazen), prometió ayudas: pero hasta ahora, dicen los dirigentes
del teatro, las palabras no fueron seguidas por hechos
tangibles. La aventura de Al Hakawati comenzó en los años 70 por
iniciativa del célebre actor Francois Abu Salem, hijo de un
diplomático húngaro y una mujer francesa, crecido entre
Beirut, Jerusalén Este y parís, donde conoció a Ariane
Menouchkine y su Theatre du Soleil.
Tras vagar durante años en los Territorios, en 1984 los
actores de Al Hakawati finalmente hallaron una morada estable en
el ex cine Nuzha, cerca del célebre Hotel American Colony: es
decir, en la línea de "sutura" entre el sector Este de
Jerusalén, el palestino, y el sector Oeste, israelí. Necesariamente, arte y política iban a superponerse. Al
público palestino los actores les ofrecen un repertorio original
y también traducciones de obras de Dario Fo, Bertolt Brecht y
Anton Chejov.
Sin embargo, desde 1987 el teatro se encontró en el ojo del
ciclón de la primera Intifada: Jerusalén Este se convirtió en
zona de batalla, y el público se vio obligado a desertar. Durante décadas, el teatro de todos modos logró convertirse
en punto de referencia obligatorio de la cultura palestina,
aunque para quien reside en Cisjordania no es fácil superar
los puestos de bloqueo israelíes y llegar a Jerusalén Este. Ahora la palabra la tienen los abogados. En los últimos días,
el teatro logró reunir un tercio de la cifra adeudada: una
bocanada de oxígeno, pero la crisis aún no fue superada. Según Haaretz, que dedica amplio espacio a lo que ocurre, el
salvavidas decisivo para que el teatro palestino pueda seguir
funcionando podría llegar de la Unión Europea.
XBU/ACZ
30/11/2015 18:24
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