Por Gina Di Meo
(ANSA) - NUEVA YORK, 14 DIC - Toro Sentado, hombre sagrado
de la tribu indígena de los sioux, fue asesinado hace 125 años,
el 15 de diciembre de 1980, cuando unos 40 policías indios
renegados mataron de un tiro en la cabeza a uno de los
últimos líderes de los nativos americanos. Con él se desvaneció el último intento de los indios de
retener la tierra que les quedaba. Sucesivamente el gobierno
norteamericano los privó no sólo de su tierra sino también de
sus gobiernos tribales, en un intento de asimilarlos como
parte de Estados Unidos. Personaje complicado y fascinante, además de gran
jefe militar, Toro Sentado -nacido como Jumping Badger (Tejón
Saltarín) en 1831 en territorios que hoy son del estado de
Dakota del Sur- había comprendido desde el comienzo que las
presuntas concesiones del gobierno norteamericano a su gente no
harían más que llevar a la extinción de las tribus indias. "Quiero que se sepa que no aceptaré vender ningún terreno de
mi país, y tampoco dejaré a los blancos el permiso de sacar leña
a lo largo de nuestros ríos", dijo una vez a su gente. Fue memorable también, tal como lo describió el film
de 1997 "El último piel roja", la intervención en que frente a
los norteamericanos dijo, dirigiéndose a su gente, que no
cedería a las condiciones del gobierno estadounidense. "Escúchenme por esta última vez: quieren llevarnos
nuestra tierra, pueden decir que quieren dárnosla, este pedazo
a ti, este pedazo a ti, pero esta es la verdad: cada pedazo es
para un hombre y para todas las otras generaciones, y ellos
saben que esa tierra dará de comer sólo a una generación
y tal vez ni siquiera a esa", afirmó. Pese a ser fundamentalmente un pacifista, Toro Sentado pasó a
la historia por haber derrotado en la batalla de Little Big
Horn, en 1876, a uno de los héroes norteamericanos de la
Guerra de Secesión, el general George Armstrong Custer.
Como oficial ambicioso Custer, con su regimiento de
caballería, atacando algunas tribus indias junto al río Big Horn
pensaba tener una victoria fácil sobre los pieles rojas.
Pero ignoró que estaban desplegados más de 3.500 sioux de
Toro Sentado, Caballo Loco y Fiel. En la batalla los soldados
estadounidenses sufrieron una grave derrota y el propio Custer
murió. Toro Sentado no participó personalmente en la batalla, pero
el gobierno estadounidense lo acusó igualmente de haber
desencadenado la masacre. Frente a su rechazo a rendirse, fue obligado a mudarse con su
tribu a Canadá, pero después de años de enfermedades y hambre se
vio obligado a volver a Estados Unidos y rendirse. El gobierno estadounidense lo relegó a una suerte de prisión
en la reserva india de Standing Rock, pero considerándolo
siempre como una amenaza intentó liberarse de él transformándolo
en un personaje de circo y permitiéndole ir de gira incluso a
Europa. A su regreso a Dakota del Sur, temiendo que proyectara huir
de la reserva, las autoridades de la Agencia India decidieron
arrestarlo con algunos de sus hombres, aunque Toro Sentado no
era partidario de ellos. Durante el enfrentamiento provocado en el intento de arresto,
Toro Sentado fue asesinado a tiros por algunos componentes del
comando encargado de la captura, convirtiéndose así en el
"último piel roja".
YLD-RP/MRZ
14/12/2015 18:44
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