(ANSA) - PARIS, 15 DIC - Los familiares de algunos jóvenes
caídos en manos del Estado Islámico (EI) crearon una asociación
para ayudar a otras familias en la misma situación, la de los
padres desprevenidos ante un hijo o hija que quiere irse a
Siria o ya lo hizo. La agrupación retomó el nombre de una semejante fundada
en 2014 en Toulouse, "Syrien ne bouge, agissons", un juego de
palabras con "sirio" (syrien) y su pronunciación, equivalente en
francés al de las palabras "si rien" (si nada): es decir, suena
como "si nada cambia, actuemos". La estructura asociativa fue creada con apoyo del ministerio
del Interior. La lanzaron seis mujeres que decidieron unir
fuerzas para dar mayor peso a su lucha. "Estas familias se convirtieron en expertas en radicalización
y las primeras señales de adoctrinamiento", dijo la secretaria
de Estado para la Familia, Laurence Rossignol. Entre ellos se encuentra Valérie de Boisrolin, que ya formaba
parte de la asociación "Malgré eux" (A pesar de ellos), cuya
hija de 16 años se enroló en el estado Islámico; Aziza Sayah,
que perdió a su hijo de 16 años en Siria; y Mouna Sayah. También Dominique Bons, que el pasado 2 de enero recibió
un SMS donde se le decía: "Su hijo Nicolas hizo una operación
explosiva con un camión en un pueblo del enemigo, en la región
de Homs. Que Dios lo acepte como mártir". Pronto la agrupación establecerá su sede en París y dispondrá
de un número gratuito para recoger los pedidos de ayuda de parte
de padres divididos entre el amor a un hijo y la angustia de que
se transforme en un terrorista dispuesto a morir en nombre de la
yihad. La nueva agrupación trabaja en conjunto, además de con
"Malgré eux", que tiene sede en Francia, con las asociaciones
semejantes "Save Belgium" (Bélgica), Women without Borders
(Austria) y Mothers for Life (Canadá). Entre los testimonios que figuran en el sitio de "Syrien ne
bouge" (www.syriennebougeagisson.com), figura el de una madre
que contó la historia de su hija, convertida a la yihad. "Hasta su huida de casa no habíamos visto el adoctrinamiento
de nuestra hija. No hubo ningún cambio en el plano físico ni en
su actitud ni en su alimentación o lo que sea", explicó la
mujer. "Era una chica amable y respetuosa, con valores que no tenían
nada que ver con la religión. Estudiaba el bachillerato para
orientarse al comercio internacional", agregó. Todo cambió cuando conoció a su novio: "Cuando me lo
presentó, no me miró a los ojos. No me dio la mano. Para mí era
muy mala señal. Luego vino a casa y sólo le hablaba a mi marido.
El enseguida habló de casamiento. Yo ya no existía para nada.
Fue entonces que le dijimos a nuestra hija que era
imprescindible cortar esa relación con él. Ella
dijo que sí, pero él le compró otro teléfono
para siga en contacto sin que lo supiéramos". Desde entonces, la familia -como la de tantos otros jóvenes
partidos de Europa a combatir en Siria, de raíces musulmanas o
no- nunca más supo nada de ella.
Z04/MRZ
15/12/2015 19:23
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