Por Roberto Nardi
(ANSA) - VENECIA, 31 ENE - El temor por el terrorismo
internacional no asustó al Carnaval de Venecia, donde como cada
año se lleva a cabo una de las fiestas más populares y
tradicionales de Italia, además de ser un imán para el turismo. Para la edición de este "Carnevale" llegaron hoy a la ciudad
de los canales llegaron alrededor de 100 mil personas, en
búsqueda de diversión y de ser protagonistas del evento.
Hay disfraces y máscaras para todos los gustos, algunos
suntuosos otros más humildes, algunos con reminiscencias
históricas otros simplemente originales. Como cada año uno de los disfraces más exitosos es el de los
nobles (para los caballeros) y las damas (para las mujeres) del
siglo XVIII, aunque también se ven muchos "elfos" y "frailes". Por una de las tantas callejuelas de la ciudad circula por
ejemplo un "Espartaco", quien pese al frío y a la espesa niebla
tiene el pecho desnudo y que asegura a ANSA no tener problemas
con el clima.
Cerca de él hay un "Vincent Van Gogh" con un disfraz lleno de
telas, quien también está preparado para festejar y que hace
caso omiso a las medidas de seguridad. Desde muy temprano por la mañana la estación ferroviaria se
llenó de gente: muchos jóvenes, grupos familiares con niños
disfrazados, algunos ancianos. Desde allí, los turistas o italianos que llegaron a la ciudad
se dirigen a la Plaza de San Marcos u a otros puntos donde está
el corazón del Carnaval. Las calles que llevan a los lugares más concurridos tienen
filas de serpentinas en el piso para indicar precisamente la
dirección indicada. Para entrar en San Marco se van formado colas, aunque todo
procede de manera ordenada, bajo la atenta mirada de las fuerzas
de seguridad local. La policía municipal se encarga por su parte de ordenar a la
muchedumbre y al tráfico peatonal. Para poder ingresar por una de las cinco entradas de la
espléndida "Piazza di San Marco" se forma igual un "tapón" que
implica una espera de tres o cuatro minutos.
"Todo esto es normal, tras los atentados terroristas que
tuvimos en París el pasado 13 de noviembre es algo lógico. Todos
nosotros hemos cambiado de costumbres", afirma una pareja de
parisinos a dos pasos de una de las entradas a la plaza, cerca
del "Museo Correr".
Hay quien se queja por el pedido hecho por la policía de
levantar las máscaras por unos segundos para poder ver el rostro
de quien está a punto de entrar a San Marcos. Las muchas carteras, mochilas pequeñas y otros bolsos que
lleva la gente son controlados a través de pequeños "metal
detector" portátiles.
En algunos casos la policía hace los controles tradicionales,
o sea verifica personalmente el contenido de los bultos. "Nuestro objetivo es garantizar la máxima seguridad en un
clima de serenidad y alegría. La imagen que queremos transmitir
es la de una "fiesta segura" no la de una "con calles o plazas
blindadas", indicó el jefe de la policía municipal, Marco
Agostini. Hoy tuvo lugar el tradicional "Vuelo del Angel", que de hecho
abrió oficialmente el Carnaval, cuyo cierre está previsto para
el 9 de febrero, y al que asistió, entre otras autoridades, el
alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro.
NR-RIG/ACZ
31/01/2016 20:20
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