Por Alessandra Baldini
(ANSA) - NUEVA YORK, 23 FEB - La estación-paloma de Santiago
Calatrava en Ground Zero levanta vuelo con un rayo de sol que,
en la fecha simbólica del 11 de septiembre, entrará por el
"ojo" abierto en la cúpula a lo largo de la "esquirla de
luz" que aquel martes de 2001 guió a los supervivientes
hacia la vida. El "arquistar" español citó al "ojo del Pantheon" romano
entre las inspiraciones del proyecto de su octava empresa
ferroviaria, que será inaugurada oficialmente en los
primeros días de marzo, en fecha aún por definir. "Para mí fue un orgullo participar en un proyecto tan
complejo y único en el mundo", explicó el arquitecto. "Creo sinceramente que la estación se convertirá en uno
de los monumentos icónicos de la ciudad, como los puentes que
atraviesan el Hudson y el East River. La obra se inscribe
en la tradición de la arquitectura civil de Nueva York
y en la de la tradición estadounidense, que busca ir
más allá de los límites", agregó. "Será el catalizador del desarrollo del área, como fue otra
estación icónica, la Grand Central", vaticinó Calatrava. El arquitecto llevó a ANSA a una gira previa de la compleja
estructura que de hecho, gracias a once líneas de metro y al
ferrocarril Path hacia Nueva Jersey, conectará Nueva York
con JFK y Newark, y "por lo tanto con el resto del mundo". Según la Port Authority que gestiona el proyecto, el nodo de
intercambio será utilizado por más de 250.000 pasajeros cada día
y visitado por millones de turistas cada año. Calatrava, entretanto, está desarrollando un segundo diseño
relativo a la construcción de la Iglesia Greco-Ortodoxa de San
Nicolás en Ground Zero. Se parecerá a Santa Sofía y será el
único edificio religioso de la zona. La obra de la estación costó casi cuatro mil millones de
dólares. Numerosas complejidades en el proyecto explican los
retrasos y el cartel del precio: mantener desde el comienzo en
funcionamiento de las líneas de metro en el interior, así como
los aspectos de seguridad en un lugar cargado de tragedia
como Ground Zero. "Piensen sólo en la logística de traer el material a esta
isla", explicó Calatrava en la "plaza" donde aún trabajan los
operarios.
Pronto los espacios comerciales del Westfield World Trade
Center, que abarcan casi 34.000 metros cuadrados, se llenarán de
turistas y residentes dispuestos a visitar los locales ya
previstos de Apple, Eataly, Mario Batali, Banana Republic y
Starbucks: en conclusión, una mezcla de precios para todos,
pensando también en las "Voguettes" de Anna Wintour que
tienen sus oficinas en los pisos altos de la
Freedom Tower.
GDC/MRZ
23/02/2016 19:49
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