(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 3 MAR - El Papa Francisco
afirmó hoy que "en nuestro tiempo algunas orientaciones
culturales no reconocen más el sello de la 'sapienza' divina en
las realidades creadas y ni siquiera del hombre".
"La naturaleza humana resulta así reducida a sólo materia,
moldeable según cualquier diseño, mientras nuestra humanidad es
la primera naturaleza a custodiar", indicó. Francisco sostuvo esta posición en una audiencia con
participantes de la reunión plenaria de la Academia Pontificia
para la vida, en la sala Clementina del palacio Apostólico. Detrás de esta reducción de la naturaleza a materia, según
Jorge Bergoglio, hay una pérdida de corazón.
"En la Biblia, recordó, el corazón es el órgano no sólo de
los afectos sino también de las facultades espirituales, la
razón y la voluntad, es sede de las decisiones, del modo de
pensar y de actuar".
Añadió que "la sabiduría de las elecciones, abierta al
movimiento del Espíritu Santo implica también al corazón. De ahí
nacen las obras buenas, pero también las equivocadas, cuando la
verdad y las sugerencias del Espíritu son rechazados. El
corazón, es la síntesis de la humanidad". "Estos días, dijo el Papa, estarán dedicados al estudio de
las virtudes en la ética de la vida, un tema de interés
académico que dirige un mensaje importante a la cultura
contemporánea: el bien que el hombre cumple no es el resultado
de cálculos o estrategias, ni siquiera es el producto de la
composición genética o de los condicionamientos sociales, sino
el fruto de un corazón bien dispuesto, de la libre elección que
tiende al verdadero bien. No alcanzan la ciencia y la técnica:
para realizar el bien es necesaria la inteligencia del corazón". Y prosiguió: "hoy son muchas las instituciones empeñadas en
el servicio a la vida, a título de investigación o de
asistencia; éstas promueven no sólo acciones buenas, sino
también la pasión por el bien. Pero, remarcó, hay también tantas
estructuras preocupadas más del interés económico que del bien
común.
Dijo que "hablar de virtudes significa afirmar que la
elección del bien abarca y compromete a toda la persona; no es
una cuestión cosmética, un embellecimiento exterior, que no
daría fruto: se trata de erradicar del corazón los deseos
deshonestos y de buscar el bien con sinceridad". "La cultura contemporánea, afirmó Francisco, conserva aún las
premisas para afirmar que el hombre, cualquiera sean sus
condiciones de vida, es un valor a proteger; sin embargo ésta es
con frecuencia víctima de incertidumbres morales, que no le
permiten defender la vida de modo eficaz. Con frecuencia puede
ocurrir que bajo el nombre de virtud se escondan esplendidos
vicios. Por ésto, dijo a las miembros de la Academia por la
Vida, es necesario no sólo que las virtudes informes realmente
el pensar y el actuar del hombre, sino que sean cultivadas a
través de un continuo discernimiento y sean radicadas en Dios,
fuentes de toda virtud".
PK/ACZ
03/03/2016 17:10
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