Por el enviado Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - LUCERNA, 16 GIU - La Cumbre de Paz de Burgenstock
concluyó reafirmando la necesidad de defender los principios de
"soberanía, independencia e integridad territorial de todos los
Estados, incluida Ucrania" y, al mismo tiempo, pone negro sobre
blanco que "el diálogo entre todas las partes es necesario para
poner fin a la guerra".
"Es un gran éxito, Rusia remaba en contra", se regocijó el
presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que celebró un
torbellino de reuniones bilaterales, oficiales y no oficiales,
en el Hotel de las Mil y Una Noches para tejer su red.
Es una pena, sin embargo, que el comunicado final no haya
sido firmado por todos los participantes -en realidad 93 países
y 8 organizaciones internacionales- y que en la lista de los 12
que se retiraron figuren algunos peces gordos como India, Arabia
Saudí, México, Indonesia y Sudáfrica, pero se hayan sumado otros
países en la balanza como Turquía. Una señal de que aún queda
trabajo por hacer en el camino hacia la paz.
Y se hará, aseguró Zelensky, anunciando la constitución de
"grupos de trabajo" para llegar "pronto" a una segunda cumbre,
abierta esta vez también a Rusia.
Una vez más, la estrategia es una mezcla de forma y
sustancia. Kiev quiere la plena participación del mundo y, por
lo tanto, propone un modelo itinerante en varios países de los
cinco continentes, a nivel de "consejeros de seguridad y
ministros", para luego apuntar a los líderes.
Arabia Saudita se confirma como posible huésped. Pero
todavía es muy prematuro. El Kremlin dispara a cero, tanto en el
campo de batalla como en la arena diplomática. "Zelensky debería
pensar en la oferta de paz de Putin porque la situación militar
en el frente ha empeorado", tronó el portavoz Dmitry Peskov,
quien luego acusa al presidente ucraniano de ser "ilegítimo"
debido a la expiración de su mandato.
"Vladimir Putin no rechaza las negociaciones con Ucrania,
pero su resultado debe ser aprobado por el gobierno legítimo
ucraniano: Zelensky no pertenece a esta categoría", señaló
Peskov.
Por otra parte, el anfitrión de la cumbre, Suiza, tiende la
mano al jefe del Kremlin afirmando que "si Putin viniera a Suiza
para una cumbre de paz, podríamos derogar las obligaciones" de
arresto, como pide la Corte Penal Internacional (CPI),
explicando que "nuestra ley lo permitiría".
En cuanto a la oferta de paz de Rusia, se discutió el primer
día de la cumbre y muchos líderes se refirieron a ella, durante
la conferencia de prensa o durante los discursos plenarios,
precisamente para calificarla de "inadmisible".
"La paz no significa rendición, como parece sugerir Putin",
reiteró la premier italiana, Giorgia Meloni, dirigiéndose a
todos los delegados.
"Confundir la paz con la sumisión -argumentó- sería un
peligro previo para todos. Italia siempre hizo su parte y no va
a dar la espalda, pero tenemos que unir todos nuestros esfuerzos
para ayudar a Ucrania a mirar hacia el futuro, y eso es lo que
hicimos en el G7".
"Podemos construir mucho después del debate de hoy",
aseguró.
"Ningún país aceptaría jamás los vergonzosos términos de
Putin", se hizo eco la presidenta de la Comisión Europea, Ursula
von der Leyen.
"Ninguna nación responsable puede decir que es una base
razonable para la paz. Desafía la Carta de las Naciones Unidas,
desafía la moralidad fundamental, desafía el sentido común",
resumió el consejero de seguridad estadounidense, Jake Sullivan.
Zelensky incluso se alegró al respecto, porque Putin, con su
enésimo ultimátum, en realidad habría cometido un "gran error".
"Sus palabras -juró- demostraron que no está interesado en
la paz y esto lo reconoció aquí también países que tienen
visiones diferentes".
En definitiva, ¨se hicieron grandes avances en Lucerna o las
palabras son solo palabras? Cuando los grabadores están
apagados, se recogen señales contradictorias. Van desde el "por
primera vez, el tema principal no es la entrega de armas, sino
la búsqueda de una posible negociación" a "es inútil dar
vueltas, Ucrania finalmente tendrá que darle algo a Putin, de lo
contrario no saldrá".
Las sensibilidades entre Occidente y Sur Global siguen
siendo profundas en algunos casos.
"La guerra en Ucrania es terrible, pero también lo es en
Gaza, no puede haber dobles raseros", se atreve un delegado
africano.
Luego está la dura realidad de las fuerzas sobre el terreno.
Zelensky lo admitió abiertamente: "¨Las armas que nuestros
aliados nos han dado son suficientes para ganar? No".
Una alta fuente diplomática de un país occidental arriesgó
una previsión: "El péndulo ahora está de parte de Moscú, pero
rusia tiene enormes problemas económicos bajo suyo, si Kiev
celebra abril de 2025 es el mes en que se puede cerrar".
Una última mención para la verdadera ausente: China. "Pekín
tiene influencia política sobre Rusia, puede ayudarnos", señala
Zelensky.
"Respetamos su integridad territorial - declaró el
presidente ucraniano refiriéndose a Taiwán - y les pedimos que
respeten la nuestra. Solo tenemos un enemigo: Putin. Ahora lucha
por sí mismo, sabe que está aislado. Y China también lo sabe,
créanme". (ANSA).