Por Enrico Tibuzzi
(ANSA) - BRUSELAS, 16 GIU - Ursula von der Leyen sigue en la
pole position para repetir en la conducción e la Comisión
Europea, pero el juego de los altos cargos aún puede deparar
sorpresas. Sobre todo si se expande, como es de esperar, a los
puestos más importantes del próximo ejecutivo europeo.
A pocas horas de la cena informal de los jefes de Estado y de
Gobierno de los 27 convocada para discutir el paquete de
nombramientos, los responsables de los trabajos dibujan un
escenario caracterizado por las luces y las sombras.
Por un lado, el apoyo más o menos explícito de muchos al "bis"
de Ursula y a las candidaturas del ex primer ministro socialista
portugués Antonio Costa para el cargo de presidente del Consejo
Europeo y de la primera ministra estonia, Kaja Kallas, como alta
representante de la UE.
Por otro lado, las reivindicaciones que Giorgia Meloni
pretende avanzar para hacer contar más a Italia en Bruselas. Y
las que pondrán sobre la mesa los países del Este,
principalmente Polonia, para ver reconocido su papel.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller
alemán, Olaf Scholz, aspiran a cerrar el acuerdo lo antes
posible y expresaron su confianza en que así será. Pero por el
momento no se puede descartar que alguien se interponga en su
camino y que el acuerdo no se cierre antes del 30 de junio, es
decir, cuando tendrán lugar las elecciones en Francia.
Por otra parte, los rumores en vísperas de las elecciones dan
casi por hecha la reelección de von der Leyen, así como la de
Roberta Metsola, también popular, al frente del Europarlamento
para otro mandato de dos años y medio.
Mientras que cuando se trata de Costa y Kallas las certezas
disminuyen y se tiene la impresión de que algunos de los
protagonistas de la escena europea han mantenido hasta ahora sus
cartas cubiertas para poder jugarlas en el momento oportuno
durante la cena de mañana lunes.
Sin duda, el foco de atención en estos momentos se centra en
el próximo presidente de la Comisión y en el reparto de cargos
dentro del futuro ejecutivo europeo. En primer lugar, habrá que
blindar la llamada mayoría Ursula dentro del PE, ya que si bien
es cierto que populares, socialistas y liberales pueden contar
con 406 escaños frente a los 361 necesarios para dar luz verde
al nombramiento, también lo es que el fenómeno de los franco
tiradores hace que este margen de seguridad parezca exiguo.
Así que el objetivo es ampliar la coalición para contar al
menos con algunos de los 52 diputados elegidos en el grupo de
los Verdes. Pero quizás también con el apoyo externo de la
delegación de los Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia). Que
podría llegar de forma más o menos explícita si se accede a la
petición de tener una vicepresidencia de peso dentro de la
Comisión.
Y es precisamente en el frente de los puestos de la Comisión
donde la batalla podría intensificarse y retrasar la elección de
los altos cargos, según una tradición que siempre caracterizó
las negociaciones europeas: nada está decidido hasta que no se
haya decidido el paquete completo.
No solo Italia exigirá carteras de peso. Ya se sabe que
Francia aspira a un puesto importante en el frente de la
política económica o industrial. España quiere colocar a la
actual viceprimera ministra Teresa Ribera en clima o transición
energética.
Letonia decidió confirmar a Valdis Dombrovskis, actual
Vicepresidente de la Comisión encargado de Asuntos Económicos y
Comercio, que difícilmente tendrá una cartera menos relevante. Y
así con los demás.
Sin embargo, la jornada de mañana lunes la abrirá la
precumbre del Partido Popular Europeo (PPE) de las 14 horas (12
GMT), a la que se espera que asistan los 13 líderes populares
que actualmente gobiernan en otros tantos países.
Una reunión de la que podrían surgir las primeras
indicaciones importantes sobre las perspectivas de las
negociaciones sobre las candidaturas lideradas por el primer
ministro polaco Donald Tusk (expresidente del Consejo Europeo) y
su colega griego Kyriakos Mitsotakis. (ANSA).