Por Antonio Fatiguso
(ANSA) - PEKIN, 20 GIU - Las imágenes de Kim Jong-un y
Vladimir Putin, sonrientes y divertidos, en la limusina Aurus,
el coche de fabricación rusa que acaba de regalar, por segunda
vez, el jefe del Kremlin al mariscal de Corea del Norte,
acapararon hoy la atención mundial.
No era un escenario de Hollywood, sino de un episodio
filmado por la televisión de Moscú en el parque del Palacio
Kumsusan, inmediatamente después de la firma de ambos líderes
del acuerdo sobre la creación de un nuevo eje de cooperación
militar, que incluye el compromiso de defensa mutua en caso de
ataque.
En definitiva, el nacimiento de "una alianza", según Kim.
El episodio fue uno de los muchos reportados durante la
visita de 24 horas de Putin, que incluyó escenarios sin
precedentes.
Entre ellos, la caminata impaciente y nervioso del joven
general, filmado durante la agotadora espera sobre la gran
alfombra roja dispuesta en el aeropuerto de Pyongyang para la
llegada de su ilustre invitado.
En medio de la noche finalmente se encontraron, se dieron
la mano y se abrazaron, antes de viajar juntos a Pyongyang.
Esta mañana (hora local), la prueba de la bienvenida fue
con gran pompa: la larga procesión de Putin recorrió las calles
de la ciudad entre dos alas de multitud hasta la plaza Kim
Il-sung.
El presidente ruso bajó de su Aurus Senat, un estilo retro
inspirado en la limusina ZIL de la era soviética, y Kim lo
esperaba, bajo grandes retratos de los dos líderes.
No se trató de una simple ceremonia de bienvenida con
homenaje a la guardia de honor, sino de un gran desfile militar
que sorprendió al propio jefe del Kremlin.
Todo en un ambiente de entusiasmo que recordaba un
comentario leído en las redes sociales en mandarín con motivo de
la visita del presidente chino Xi Jinping a Pyongyang en 2019:
"Había el clima ideal para fortalecer la autoestima de
cualquiera".
Una vez finalizado el desfile, entre cánticos, ambos
líderes abandonaron la plaza Kim Il-Sung en el Aurus, saliendo
desde el techo para devolver el saludo a la multitud, movilizada
por el eficiente aparato organizativo del gobierno.
Luego, se dirigieron al Palacio Kumsusan para negociaciones
y conversaciones que duraron alrededor de una hora y media: en
la sala de firma del acuerdo, la maestra de ceremonias fue Kim
Yo-jong, la poderosa hermana menor del líder norcoerano,
demostrando su creciente poder.
Sonrió (poco) y le mostró a su hermano dónde firmar,
ayudándolo a levantarse y reorganizar su silla.
Luego, el escenario inédito del comandante supremo haciendo
comentarios frente a un público que no es estrictamente
doméstico.
El capítulo de los regalos fue interesante: los rusos
eligieron para Kim un juego de té y una daga de almirante, casi
en respuesta a la espada cincelada de los armeros norcoreanos
que recibió Putin en la cumbre de los dos líderes en septiembre
de 2023.
El líder supremo correspondió con retratos y bustos de Putin
creados por los refinados pintores y escultores de su país, muy
atentos al cuidado de las artes.
En conclusión, Putin agradeció a Kim por el apoyo de Corea
del Norte a su guerra en Ucrania, parte de una "lucha más amplia
contra las políticas imperialistas hegemónicas de Estados Unidos
y sus satélites contra la Federación Rusa".
El Kremlin es "el aliado más honesto y confiable",
respondió Kim, agradeciendo Putin, el primer líder mundial que
visita el Norte en cinco años, descrito como "el amigo más
querido del pueblo coreano". (ANSA).