(ANSA) - ROMA 20 JUN - Imperia es la ciudad con el mejor
clima de Italia según la nueva edición del Öndice de
Habitabilidad Climática, elaborado nuevamente este año por
iLMeteo.it, una página web que permite a los usuarios verificar
las condiciones meteorológicas de las localidades de interés en
la península, y el periódico Corriere della Sera.
La ciudad de Liguria vuelve a la cima después de dos años,
gracias sobre todo al impulso de la Riviera di Ponente y de
lugares como San Remo y Bordighera.
También subieron al podio Biella, auténtica sorpresa de esta
tercera edición que en los últimos años se había visto
penalizada por una grave sequía, y Agrigento.
La última de la clasificación, sin embargo, es Terni: las
ciudades llanas de las regiones centrales, de hecho, se ven muy
perjudicadas por la combinación de altas temperaturas estivales
y humedad.
Casi todas las grandes ciudades también lo están haciendo
mal: Milán cae dos posiciones hasta el puesto 77, Roma sube 50
puestos hasta el 93 y Nápoles cae del puesto 19 al 79.
Palermo (46§), Venecia (35§) y Bari (53§) también perdieron
puntos. Las únicas que mejoran entre las capitales regionales
son Turín, que pasa del puesto 86 al 51, y Bolonia, que gana 50
posiciones hasta llegar al 44.
Entre las sorpresas negativas de este año está Florencia,
penúltima en el ranking: es la peor por el calor extremo, los
días con temperaturas máximas que superan los 35 grados.
En cambio, el ganador del año pasado, Macerata, cae al
quinto lugar (precedido por Cuneo) debido al mayor número de
días de lluvia registrados en 2023.
"También este año, del análisis de los datos se desprende
que el calentamiento global también tiene un fuerte impacto en
nuestro índice de habitabilidad climática", afirma Lorenzo
Tedici, meteorólogo responsable de medios de iLMeteo.it.
De hecho, para seguirlo, este año se han añadido 3 nuevos
indicadores a los 14 ya presentes, diseñados para evaluar y
analizar el cambio climático de una forma aún más profunda:
eventos extremos, calor extremo y días de heladas.
"Todas las ciudades de las llanuras se ven afectadas por el
fuerte aumento del calor en el siglo XXI y están perdiendo
muchas posiciones. La gente vive mucho mejor en las colinas y
montañas - concluye Tedici - o en las costas mitigadas por la
brisa del mar". (ANSA).