Por Mila Onder
(ANSA) - ROMA 20 JUN - Envejecimiento y decadencia
demográfica, pero también carreras fragmentadas y discontinuas,
al mismo tiempo causa y efecto de ingresos (y, por lo tanto, de
cotizaciones) sustancialmente bajos. Estos son los factores que,
combinados, pesarán sobre las pensiones futuras y que podrían
llevar las cuentas del instituto previsional (INPS) a números
rojos.
La previsión es doble y proviene, por un lado, del Consejo
Director y de Vigilancia del Instituto, y, por otro, de la OCDE,
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Según la organización internacional, Italia está en la lista
negra de todos los países miembros debido a la bajísima
fertilidad registrada en los últimos años.
Es que en Italia existe una de las tasas más bajas (junto
con España), con 1,2 hijos por mujer. Solo superó la cifra
negativa de Corea del Sur, que tiene 0,7 hijos por mujer. Una
tendencia de riesgo, presente en todos los países desarrollados,
porque, según advierte la OCDE, "pone en peligro la prosperidad
de las generaciones futuras".
Sin embargo, a nivel nacional emerge una vez más la
creciente longevidad de los ciudadanos italianos. En 2050,
explicó el presidente del INPS, Gabriele Fava, los mayores de 65
años representarán hasta el 35% de la población y "esto
determina la necesidad de repensar el sistema de bienestar",
subrayó.
Por otro lado, sin embargo, el hecho de que más de uno de
cada tres italianos llegará a la edad de jubilación dentro de
unas décadas solo puede tener un efecto en las finanzas
públicas. Y sobre los del propio INPS. En este caso la previsión
es del CIV y se refiere a años mucho más próximos. La
combinación de longevidad y baja fertilidad, que provocan la
llamada inversión de la pirámide de edad, no podrá equilibrarse
con los flujos migratorios. Ya hoy, explicó el presidente del
Consejo de Vigilancia, Roberto Ghiselli, se ha producido "un
desequilibrio notable entre las cohortes interesadas o próximas
a jubilarse y las que acceden al mercado laboral".
Pero si por el momento el presupuesto del INPS sigue
estando fundamentalmente equilibrado, las cuentas pronto podrían
empeorar, con una situación financiera que en 10 años se
convertirá en déficit, pasando de +23 mil millones en 2023 a -45
mil millones en 2032, y resultados operativos negativos que
empeorarán a lo largo de la década de -3 mil millones a -20 mil
millones.
El INPS se apresuró a asegurar que los datos no son cifras
nuevas, "sino valores de previsión a medio plazo ya evaluados
prudencialmente y en línea con las previsiones macroeconómicas
de la planificación presupuestaria del Estado". Por tanto, no
hay alarma por las cuentas en orden y por un presupuesto "bien
administrado".
El escenario propuesto "solo podría concretarse en
ausencia de políticas de contraste eficaces", explicó el
Instituto. Y de hecho, también surgieron algunas sugerencias del
CIV. En primer lugar, deben considerarse prioritarias las
políticas de apoyo al desarrollo económico y productivo del
país, que pueden incidir en el "crecimiento de la masa salarial
y de ingresos y los consecuentes ingresos por cotizaciones".
Además, es necesario reforzar las políticas laborales
destinadas a poner en juego "las reservas de empleo que todavía
están en gran medida infrautilizadas": las mujeres, los jóvenes,
el Sur, "así como una política cuidadosa de gestión de los
flujos migratorios, que en este contexto demográfico pueden
representar un recurso importante".
Por último, es fundamental salvaguardar la centralidad del
pilar público de pensiones, "a la vez que integrado con el
complementario, que debe extenderse sobre todo a las personas
que más lo puedan necesitar". (ANSA).