Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - BRUSELAS, 20 GIU - Los aliados aceleran el paso,
conscientes de que será un verano complicado para Ucrania y más
aún el próximo otoño-invierno boreal, con la capacidad de
producción energética reducida al mínimo por los implacables
bombardeos rusos: por ese motivo, los F-16 llegarán pronto, ya
este verano.
Además, Rumania proporcionará un sistema Patriot, de un
valor incalculable para defender los cielos ucranianos.
Luego, el gobierno de Estados Unidos dejó claro que, de
acuerdo con los socios que esperan las baterías antimisiles
avanzadas según los contratos firmados, darán prioridad a Kiev.
En cuanto a la Unión Europea, con sus tiempos, llegó a un
acuerdo sobre el decimocuarto paquete de sanciones, muy
"incisivo" según quienes hicieron los cálculos.
En resumen, después de meses -que costaron muchas vidas en
el campo de batalla, como destacó el jefe de la OTAN, Jens
Stoltenberg-, parece que Occidente está en las últimas: "Este
verano todo se alineará", afirmó el comandante de la Fuerza
Aérea holandesa, Arnoud Stallmann.
Bélgica, Dinamarca, los Países Bajos y Noruega se
comprometieron a suministrar a Ucrania unos 80 F-16 y los
primeros aviones están en camino, probablemente desde Copenhague
(sin embargo, las entregas se escalonarán a lo largo de varios
años por razones operativas).
El Consejo Supremo de Defensa de Rumania, "considerando el
importante deterioro de la situación de seguridad en Ucrania
tras los continuos y masivos ataques de Rusia contra la
población y la infraestructura civil", así como "las
consecuencias regionales", incluida "la seguridad de nuestro
país", decidió "donar" un sistema a Kiev.
Sin embargo, pidiendo garantías a los aliados de un futuro
recambio (Bucarest tiene 4 sistemas en su arsenal y como aliado
del frente oriental debe garantizar la seguridad exterior de las
fronteras aliadas).
Estados Unidos parece dispuesto a cambiar de ritmo en este
punto.
De hecho, la administración de Joe Biden decidió dar
prioridad a Ucrania sobre los Patriots, suspendiendo
temporalmente las entregas a otros países.
"Nos aseguraremos de darle a Ucrania las capacidades aéreas
de defensa que necesita ahora y en el futuro", anunció el
portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca,
John Kirby.
Y Stoltenberg aplaudió la decisión de Bucarest: "Es muy
necesario".
Por la parte europea, la aprobación de las nuevas medidas
restrictivas -tras los retrasos debidos en parte a Alemania- es
un paso adelante decisivo.
En el interior hay medidas contra la exportación de gas
natural licuado desde Rusia, la prohibición de transbordo en
puertos europeos (4-6 bcm por año), la inclusión de alrededor de
cien nombres en la lista negra de la UE entre personas físicas y
jurídicas, medidas sobre tecnología dual y otra ofensiva más
contra la evasión de sanciones gracias a la triangulación con
terceros países y filiales.
"Será un duro golpe para Moscú", aseguró una fuente
diplomática europea.
"Estas sanciones -señaló el alto representante de la UE,
Josep Borrell- tienen como objetivo hacer más difícil para el
gobierno de Vladimir Putin sostener su guerra de agresión: la UE
sigue decidida a apoyar a Ucrania".
Además, por primera vez en el paquete, aparecen elementos
para proteger a las empresas europeas afectadas por las
represalias de Moscú en respuesta a las sanciones, como en el
caso de la italiana Ariston.
Roma, como era de esperar, estuvo particularmente activa en
la discusión.
No habrá compensación automática pero habrá la posibilidad
de recurrir ante un tribunal del Estado miembro.
Además, algo empieza a moverse incluso en el Lejano
Oriente.
Tras las imágenes que circularon entre Putin y el líder
norcoerano, Kim Jong-un, y la firma del tratado de protección
mutua en caso de agresión que parece surgir de las noticias de
finales del siglo XIX, Corea del Sur anunció que "reconsiderará"
su posición sobre el suministro de armas a Kiev. (ANSA).