(ANSA) - BUENOS AIRES 20 JUN - Un sacerdote italiano que fue
muy popular en la década de 1980 y 1990 en Argentina por las
sanaciones que realizó, Mario Pantaleo, va en camino de
convertirse en beato luego de que se cerró esa etapa en el país
sudamericano y toda la documentación va camino a la Santa Sede.
Esta semana, informa en un extenso artículo el diario
Clarín, se terminó la instrucción total del proceso con un
cierre formal, que se realizó en la Catedral de Buenos Aires y
estuvo encabezado por el arzobispo porteño, monseñor Jorge
Ignacio García Cuerva.
La etapa siguiente del proceso será en Vaticano, a las
oficinas de la Causa de los Santos, se enviarán las cajas
lacradas con todas las declaraciones y testimonios referidos al
padre Mario, es decir Giussepe Mario Romolo Pantaleo nacido en
Pistoia, Florencia, el 1 agosto de 1915.
Su familia migró a Córdoba, Argentina, en 1924 y allí se
formó con los salesianos. El matrimonio Pantaleo regresó a
Italia, pero Mario y sus hermanos lo hicieron más tarde, en
1931.
Mario Pantaleo fue ordenado sacerdote en Matera y regresó
a la Argentina en 1948. Vivió en Santa Fe y en 1957 se trasladó
a Buenos Aires. Fue nombrado sucesivamente capellán del Hospital
Santojanni, del Hospital Ferroviario y del Instituto de
Oncología Roffo, en la capital argentina.
Según un detallado informe publicado en Clarín, que lleva
la firma de Beatriz Reynoso, el padre Mario atendió a enfermos,
mediante la imposición de la mano, en casas particulares y
parroquias. Y en 1968 se estableció en González Catán, donde
levantó la capilla Cristo Caminante (en periferia de Buenos
Aires) y llevó adelante su obra.
Obtuvo los títulos de filósofo en la Universidad de Buenos
Aires y de psicólogo en la Universidad Kennedy, y continuó
atendiendo a los enfermos tanto en González Catán como en
Capital Federal.
El sacerdote italiano con imposición de manos "curaba"
enfermedades, pero sobre todo daba un apoyo espiritual a las
personas que estaban pasando por un problema de salud. Como un
gran signo de humildad decía: "Yo soy la guitarra, el guitarrero
es Dios".
Decenas de personas lo esperaban esperanzados en la
curación y él atendía a todos cada día, a pesar de que a veces
lo vencía el cansancio y se quedaba adormecido.
También se hizo conocido en el ambiente artístico y
político. Fueron a verlo el entonces presidente Carlos Menem, el
escritor Jorge Luis Borges, el prestigiado médico Raúl Matera y
hasta el revolucionario músico de tango, Astor Piazzolla, cuando
regresó enfermo de París.
Perla Gallardo de Garavelli, que fue a verlo y terminó
sanada, fue gran compañera del sacerdote en su obra.
Actualmente, Carlos Garavelli, el hijo de Perla, es el
presidente de la Fundación Presbítero José Mario Pantaleo,
siguiendo la línea de compromiso de la familia.
En el proceso de beatificación intervinieron dos
sacerdotes, de acuerdo con el proceso de la Iglesia Católica
para la Causa de los Santos. Ambos abogados, canonistas con
especialidad en causas de santos. En 2020, el Vaticano expresó
que no había obstáculos para iniciar el proceso.
Entre los milagros que se le adjudican está la sanación de
una mujer, que tras ser operada de un supuesto tumor benigno en
el cerebro en 2016 mostró un enorme edema en el lugar de la
intervención, pero tras visitar el mausoleo del sacerdote, el
problema desapareció por completo.
Los restos del padre Mario -falleció el 19 de agosto de
1992 de un problema pulmonar- se encuentran en el mausoleo de
González Catán, rodeado de rosas blancas y hasta allí llegan
miles de feligreses para pedir ayuda y para agradecer. (ANSA).