Por Lorenzo Trombetta
(ANSA) - ROMA 21 JUN - Entre los temores por la tan temida
"guerra total" entre Hezbollah e Israel y las dificultades
cotidianas de una crisis económica interminable, el verano
abrasador del Líbano promete ser un cóctel de emociones
encontradas.
Si bien se teme una disminución de la asistencia debido a
los riesgos de una guerra más devastadora que la de 2006, Beirut
y otras regiones se preparan para vivir una temporada de verano
llena de entretenimiento con más de 80 conciertos y eventos.
En la capital, el Seaside Arena y el Beirut Waterfront están
preparados para acoger los conciertos más concurridos, mientras
que la discoteca Skinn y el Forum de Beyrouth acogen a artistas
árabes internacionales.
Para la élite interesada en eventos culturales y artísticos,
se organizaron alrededor de 70 iniciativas en el marco del
festival Beirut Art Days. Esta explosión de iniciativas no está
exenta de polémica, sobre todo por los altísimos precios que se
cobran por muchos eventos en un país donde 4 de cada 5 personas
viven hoy en la pobreza debido a la peor crisis financiera de la
historia del Líbano.
Las fiestas tradicionales del Líbano han sido suspendidas o
canceladas, como las de Baalbeck, entre las monumentales ruinas
romanas en el valle de la Bekaa, y Beiteddine, en el patio del
palacio principesco en el Monte Líbano.
Un vacío que se llenará, según está previsto, con un cartel
dominado por actuaciones de estrellas de la música egipcia,
libanesa y siria.
La temporada ya se inauguró el pasado 15 de junio con el
concierto del egipcio Amr Diab: hay quien ha desembolsado más de
250 dólares por una entrada para su espectáculo.
El próximo 5 de julio será el turno de la otra estrella de
la música pop árabe, el iraquí Kazem Saher.
Para cada uno de estos eventos, se habilitan 'lounge Zones',
zonas reservadas a espectadores VIP capaces de gastar hasta mil
dólares por persona para garantizar un trato exclusivo, incluida
una foto con el cantante principal, como Wael Kfouri, Assala y
Sherine.
En algunos casos, los productores han pensado en ampliar la
base de audiencia, ofreciendo asientos incluso a precios más
bajos.
A los conciertos de verano de Tamer Hosni y Nancy Ajram se
puede asistir pagando entradas a partir de 40 dólares. Y esto se
hace con la esperanza de atraer a toda la diáspora libanesa que
suele regresar a su tierra natal cada año en los meses de
verano.
Los riesgos de un conflicto a gran escala entre Hezbollah e
Israel han llevado por ahora a hoteles y operadores turísticos a
no hacer predicciones.
Pero las expectativas no son halageñas. Según estimaciones
de algunos medios locales, se espera una caída importante de
asistencia entre junio y agosto respecto al verano pasado: un
74% menos de visitantes. Una cifra que podría variar en función
del contexto local y regional. (ANSA).