Por Michele Esposito
(ANSA) - BRUSELAS, 21 GIU - El grupo liberal en el
Parlamento Europeo, Renovar Europa, confirmó hoy que la
delegación checa de ANO, el partido del ex premier Andrej Babis,
les notificó su decisión de abandonar el grupo parlamentario,
con lo que perderían siete eurodiputados más y se alejan, así,
de la tercera plaza que ahora tienen los ultraconservadores.
Nunca, en la historia reciente de la Unión Europea, el
Parlamento había comenzado con un movimiento tan grande de
delegaciones de un grupo a otro.
En el caso de Babis, su despedida era esperada y permitirá a
Renovar Europa recibir a otra delegación checa, formada por los
dos representantes electos del movimiento Stan.
El adiós de ANO aumenta la alarma sobre las cifras de la
mayoría de érsula von der Leyen, que cayeron por debajo de los
400.
Y con la pesadilla de los francotiradores a punto de
materializarse, el apoyo externo al eje PPE-S&D-Renovar para
Ursula von der Leyen parece inevitable.
Babis se suma al ya numeroso grupo de no miembros.
"Eligió un camino populista que es incompatible con nuestros
valores", subrayó la macroniana Valerie Hayer.
El exprimer ministro, famoso por sus servicios de seguridad
y implicado en varias investigaciones judiciales, podría
contribuir a la formación de un grupo con la marca de Visegrado,
con los partidarios de Viktor Orban, el partido Smer eslovaco de
Robert Fico y los eslovenos de Janez Jansa, actualmente en el
PPE pero con rumores de salida.
Sólo faltan las delegaciones de tres países para formar un
nuevo grupo de tracción populista.
La suma de la mayoría de érsula von der Leyen es actualmente
de 399 (189 populares, 136 socialistas y 74 liberales), 39 más
que el umbral mínimo.
Y es un margen demasiado estrecho como para permanecer en
tranquilidad.
En 2019, había alrededor de setenta francotiradores.
En tanto, la presidenta de la Comisión necesitaría el apoyo
de los Verdes (51 escaños) o el de una parte del ECR, empezando
por los melonianos
Aritméticamente sería conveniente tener ambos a bordo.
Pero políticamente la situación es diferente.
Los Verdes buscan legitimidad dentro de la coalición y, en
el PPE, la reacción fue fría.
"Nadie nos ha invitado todavía a la mesa", admitieron los
Verdes.
Efectivamente, una gran parte del PPE no confía en los
Verdes, empezando por el líder Manfred Weber.
"¨Están los Verdes dispuestos a apoyar el acuerdo con Túnez
sobre los inmigrantes? ¨O el acuerdo con Mercosur?", se
preguntaron los más escépticos.
"Cualquier apertura hacia los Verdes les haría perder votos
en lugar de ganarlos", advirtió el jefe de la delegación de FI,
Fulvio Martusciello.
En el lado opositor, sin embargo, está la apertura hacia la
premier italiana, Giorgia Meloni.
La negociación es delicada, la táctica enmascara las
verdaderas intenciones de los jugadores en la mesa. Para Von der
Leyen bastaría con que Hermanos de Italia (FDI, por sus siglas
en italiano) votara sí en el Pleno y la importancia de Italia
respalda la hipótesis de que se asigne a Roma un comisario
poderoso.
Meloni, sin embargo, aún no se reveló sobre ese punto y
lleva consigo el peso de un grupo, el de ECR, que, a medias,
está públicamente en contra de un "Ursula bis".
La "Spitzenkandidat" del PPE debería hablar con cada una de
las delegaciones en los próximos días: será ella quien tendrá
que gestionar la parte menos noble de la negociación -la de los
escaños- antes de la cumbre de los 27 países del jueves y
viernes.
Del trío que estará en la mesa de líderes, con Von der
Leyen, Antonio Costa y Kaja Kallas, el segundo parece quizás el
menos estable.
En cuanto a la presidencia del Consejo Europeo, el PPE
subió las apuestas al máximo, exigiendo un cambio de color a
medio plazo y enfureciendo a los socialistas.
Del mismo modo, el canciller alemán, Olaf Scholz -quien se
reunió por la tarde con Viktor Orban en Berlín- y el presidente
francés, Emmanuel Macron, no se quedarán mirando.
Los rumores siguen definiendo al italiano Enrico Letta en
el juego.
El exprimer ministro italiano decidió no presentarse como
candidato a la dirección del prestigioso instituto Sciences Po
aunque, según explicó su portavoz, no hay conexión con la
carrera por los altos puestos de la UE ni con un posible puesto
que Letta podría ocupar como enviado de la Unión Europea.
Sin embargo, poner su nombre sobre la mesa colocaría a
Meloni en una posición incómoda y fortalecería el papel del
Partido Democrático, la primera delegación de los socialistas.
El mismo PD que tácticamente prefirió dejar la presidencia
del grupo en la Cámara Europea a los gemelos españoles del PSOE.
(ANSA).