Por Paolo Levi
(ANSA) - PARIGI, 21 GIU - Acusada por sus opositores
políticos de querer arruinar a Francia con un programa de gasto
descontrolado, la coalición de izquierda que compite en las
elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y del 7 de
julio asegura que podrá financiar sus promesas también gracias a
la reinstauración del impuesto a los ricos, suprimido en 2018
por Emmanuel Macron.
En una Francia en ebullición a nueve días de las elecciones,
a pesar de un clima todavía otoñal el primer día del verano, el
Nuevo Frente Popular (NFP) ilustró su programa de recuperación
con 25 mil millones de gasto adicional ya en 2024, y rechazó las
acusaciones del primer ministro macroniano, Gabriel Attal, que
denuncia "golpes fiscales" en caso de victoria de los
"extremistas", sean de izquierda o de derecha.
Según una nueva encuesta Ifop-Fiducial para Le Figaro, Lci y
Sud Radio, publicada el viernes, el Rassemblement National de
Jordan Bardella y Marine Le Pen sigue teniendo viento a favor y
sigue creciendo al 35% de las preferencias (un punto más que el
día anterior).
A esa fuerza política le sigue la coalición de izquierda,
estable en un 29%, mientras que la mayoría macroniana, que se
recupera respecto a los últimos días en un 21,5%, pierde sin
embargo medio punto porcentual.
En este contexto, Le Pen -quien denunció el ataque contra
uno de sus candidatos por parte de "milicias de extrema
izquierda" en el Loira (la policía ha abierto una
investigación)- cree que, en caso de una mayoría lepenista en el
parlamento, Macron sólo tendría la opción de dimitir "para
potencialmente salir de una crisis política".
"No le pido a Emmanuel Macron que dimita. Respeto las
instituciones. Sólo observo que cuando hay una crisis política
hay tres posibilidades: una reorganización, la disolución (del
Parlamento) o la dimisión del presidente", declaró Le Pen
durante una intervención en Courrieres, en Pas-de-Calais.
"La reorganización, en esas circunstancias, no me parece
muy útil. La disolución acaba de producirse. El presidente no le
quedaría otra opción que dimitir para potencialmente salir de
una crisis política", explicó.
Mientras, en la rueda de prensa, los dirigentes del Nuevo
Frente Popular - coalición formada por el Partido Socialista
(PS), Francia Insumisa (LFI), el Partido Comunista (PCF) y los
Verdes (EELV)- se declararon convencidos de tener un programa
económicamente "virtuoso"'.
Con un aumento del gasto hasta 150 mil millones a finales
de 2027 e ingresos equivalentes para las arcas del Estado.
La modalidad para financiar tal gasto será la
reintroducción, este año, de un impuesto a los ricos que podría
generar hasta 15 mil millones de euros más en ingresos.
"Restauraremos inmediatamente un Isf ('Imp“t de solidarité
sur la Fortune', impuesto de solidaridad sobre la riqueza), con
un componente climático, de 15 mil millones de euros", anunció
el senador socialista de Oise, Alexandre Ouizille.
A estos 15 mil millones habría que añadir otros 15 mil
millones procedentes de otro nuevo impuesto a los
superbeneficios.
Se trataría de 30 mil millones en total destinados a
financiar, entre otras cosas, subsidios a la vivienda, la
derogación de la controvertida reforma de las pensiones de
Macron y aumentos para los funcionarios públicos.
Otra promesa de la izquierda: el aumento del salario mínimo
(un 14%, hasta 1.600 euros netos), así como el retorno de la
pensión a los 60 años.
Vistos con temor por los círculos económicos y financieros,
empezando por el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), la
Confindustria, los programas económicos del Nuevo Frente Popular
(NFP) y de Rassemblement National (RN), se encuentran entre los
principales objetivos de la mayoría macroniana que busca un
relanzamiento de cara a la votación.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire -quien hoy se ha
comprometido una vez más a situar la relación déficit/PIB por
debajo del umbral del 3% en 2027 (frente al 5,5% en 2023)- ve el
desplome de las acciones en Bolsa y la "el aumento de la
propagación" son las consecuencias directas" de proyectos
"totalmente insensatos e irresponsables".
"Un golpe (fiscal) para las clases medias", acusó el primer
ministro Attal, mientras que la izquierda asegura que las
reformas anunciadas sólo afectarán a los ingresos superiores a
4.000 euros.
La izquierda también debe defenderse de las acusaciones de
"antisemitismo" de parte de algunos sectores del gobierno.
''Ni siquiera un candidato del Nuevo Frente Popular fue
condenado por antisemitismo'', replicó la líder de los diputados
del Insoumis, Mathilde Panot, recordando más bien la
''biblioteca negacionista'' que tuvo en el pasado el diputado
lepenista, Frédéric Boccaletti, o las polémicas palabras de Eric
Zemmour (Reconquete) sobre Pétain que habría "salvado" a los
judíos.
Mientras, en un llamamiento publicado este 21 de junio en
el Festival de Música en el periódico Les Inrocks, 500 artistas,
entre ellos Clara Luciani, Eddy de Pretto y Ga‰l Faye, pidieron
bloquear a la extrema derecha, abrumadoramente favorecida en las
encuestas. (ANSA).