(ANSA) - CIUDAD DE MXICO, 22 GIU - Los tiempos en que los
niños eran usados por el crimen organizado sólo para labores
subordinadas, como la vigilancia ("halconeo") o el trasiego de
droga en cantidades mínimas ("burreros" o "mulas"), quedaron
atrás, pues ahora ocupan espacios cada vez más importantes en el
escalafón criminal.
Expertos en temas de violencia hacen notar que los grupos
delincuenciales cada vez emplean a los infantes en actividades
más especializadas como el del "sicariato" (asesinato de
enemigos) o el tráfico de personas.
La Red de Derechos de la Infancia (Redim) consideró en un
estudio reciente que, en México, alrededor de 250.000 menores de
edad han sido reclutados por las bandas criminales, aprovechando
su vulnerabilidad y que seis estados del centro, suroeste y las
costas del Golfo de México, concentran la mitad de estos casos.
Reinserta, una ONG que busca "romper los círculos de
delincuencia para mejorar la seguridad del país", presentó otro
estudio en 2021 sobre niños y adolescentes reclutados por la
delincuencia basado en 67 testimonios, en los cuales se muestra
que los menores suelen ser seducidos por señuelo de que
obtendrán "poder, dinero y respeto".
La organización Cita el caso de Iker, un adolescente de
Nuevo Laredo, frontera con Estados Unidos, que a los 12 años se
unió a una banda criminal y a los 14 años ya recibía
entrenamiento militar para un año después ser encargado de
colocar pancartas criminales y "secuestrar gente", percibiendo
sueldos de 700 a 1.000 dólares por mes.
Las niñas y adolescente suelen ocupar rangos inferiores
desempeñándose como "esclavas sexuales", "parejas de los jefes",
y en ese proceso sufrir embarazos o abortos forzados y
encargadas de limpieza, aunque hay casos excepcionales de
"sicarias" o jefas de células.
Según Eunice Rendón, experta en seguridad y migración, "los
grupos criminales han incorporado a los niños ahora también a
una práctica que identificaron particularmente útil y
redituable, que es la inclusión y uso de menores de edad en el
tráfico de personas".
La también coordinadora de la ONG Agenda Migrante, afirma
que "de un tiempo para acá se ha incrementado su uso como
polleros o traficantes" y citando datos del ministerio de
Gobernación sostiene que las cifras de menores de edad que se
dedican al tráfico de personas aumentaron en un 166% durante
2023, pasando de 750 a 1.998 niños.
La razón de que los grupos criminales prefieren usar a los
niños y adolescentes es, según la experta, que se trata de una
"opción más rentable" para sus actividades porque las
autoridades de Estados Unidos, "no pueden retenerlos" y por eso
cuando los atrapan, son liberados a los pocos días y retornados
a México sin mayores consecuencias legales".
Rendón señala que, en urbes fronterizas como Tijuana,
Ciudad Juárez y varias ciudades de Tamaulipas, hay niños que han
realizado más de 300 vueltas entre México y Estados Unidos,
expuestos al "deterioro de su desarrollo personal, cognitivo y
emocional".
Los niños suelen ser "carne de cañón" para los grupos
violentos por causas como "la falta de apego, la desintegración
familiar y la impunidad", según el estudio de Redim.
Sin embargo, más allá de la pobreza o marginación otros
factores que influyen son la presencia de hombres armados en su
entorno, la experiencia previa en delitos, la vinculación de
familiares con las bandas y el engaño sobre "una vida fácil" de
ensueño difundidos por la "narcocultura", indica. (ANSA).