Por Tullio Giannotti
(ANSA) - PARIS, 23 GIU - "Carta a los franceses": Emmanuel
Macron, en el punto de mira de las críticas unánimes, que lo
condenan por haber disuelto el Parlamento, llevando al país al
borde de una crisis sin precedentes, se dirige directamente a
los franceses.
"Pueden confiar en mí", asegura. Excluye su dimisión en la
que insiste Marine Le Pen, garantiza que "cambiará la forma de
gobernar" y propone lo que parece sin duda un gobierno de
coalición, "abierto a todos aquellos que han tenido el valor de
oponerse a los extremistas".
La carta de cuatro puntos llega una semana después del
primer turno de las legislativas, en vísperas de la semana más
difícil, en la que las tensiones entre los tres bloques opuestos
-la extrema derecha, la izquierda unida y los macronianos-
prometen aumentar.
El primer punto es rechazar las críticas a la disolución del
Parlamento, que él defiende como "la única opción posible".
Macron continúa alardeando de los méritos de su gobierno,
que encarna "el mejor camino para nuestro país" frente a los
programas del Rassemblement National (RN) y de la izquierda.
El jefe de Estado asegura que su partido "es el único que
puede bloquear el camino a la extrema derecha y a la extrema
izquierda".
"No estoy ciego -continuó- comprendí la medida del malestar
democrático", y "tengo confianza en los franceses". De ahí la
invitación a "analizar los programas, decidir e ir a votar, con
conciencia y responsabilidad.
La forma de gobernar "cambiará", continuó prometiendo,
aludiendo claramente a un gobierno de coalición que reúna a
"quienes tuvieron el valor de oponerse a las alas extremas".
Den "confianza a los responsables políticos de las fuerzas
del arco republicano, esperando que el 8 de julio puedan
trabajar juntos", prosiguió el inquilino del Eliseo, dirigiendo
luego un apremiante llamamiento a los franceses: "Pueden darme
su confianza, actuaré hasta mayo de 2027 como su presidente".
Por lo tanto, nada de dimisiones, la perspectiva evocada por
Marine Le Pen carece de fundamento.
Las encuestas sobre las proyecciones en los escaños
electorales dan una Asamblea Nacional inédita, con la mayoría
relativa del RN (entre 210 y 250 escaños), perseguido por el
Nuevo Frente Popular (180-210) y los macronianos de Ensemble
(75-105).
Los lepenistas parecen estar lejos de la mayoría absoluta
(al menos 289 escaños) y, si es así, el favorito para el puesto
de primer ministro, Jordan Bardella, no solicitará el
nombramiento de primer ministro: "Solo aceptaré si salimos a la
cabeza y si los franceses nos conceden la mayoría absoluta".
Para el actual primer ministro, Gabriel Attal, esta
insistencia de Bardella en poner condiciones "comienza a
parecerse cada vez más a un rechazo del obstáculo", expresión
utilizada también en la hípica cuando el caballo en carrera se
detiene delante de la barrera a superar.
Mientras tanto, los ajustes de cuentas y las disputas
continúan en el variado Frente de la Izquierda, compuesto de
elementos en muchos casos incompatibles.
El expresidente Francois Hollande, que volvió a presentarse
como candidato para la ocasión, utilizó palabras muy claras
contra Jean-Luc Mélenchon, cuya eventual llegada a la cabeza del
Gobierno como líder del partido más importante de la alianza
preocupa mucho, habida cuenta de sus constantes intemperancias
verbales.
"Si quiere hacerle un favor al Nuevo Frente Popular -dijo
Hollande a un grupo de periodistas- hay que ponerse a un lado y
callarse. No niego las sensibilidades que representa -explicó
el expresidente- pero cuando los números de hostiles a su
candidatura son superiores a ese de Marine Le Pen o Jordan
Bardella, es necesario preguntarse sobre el interés general".
Apodado "el tribuno" de la izquierda, Mélenchon hizo silbar
el nombre del ex presidente en un mitin, contestándole así: "La
popularidad no está donde él cree, ustedes saben qué tipo de
hombre soy. Si estoy aquí es porque en todos estos años nunca me
rendí ante nadie". (ANSA).