Por Massimo Lomonaco
(ANSA) - TEL AVIV, 24 GIU - El ejército israelí casi ha
desmantelado las capacidades militares de Hamás en Rafah, al sur
de la Franja. El anuncio del Jefe del Estado Mayor, Herzi
Halevi, describe por primera vez la situación sobre el terreno
de una operación que ha visto la oposición de la comunidad
internacional, empezando por Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Biden insiste en la necesidad de
trazar el futuro de Gaza después de Hamás. Por eso el secretario
de Estado, Antony Blinken, insistió con el ministro de Defensa,
Yoav Gallant -en visita en Washington- que Israel "debe proponer
un plan robusto para la posguerra en Gaza" donde, en cualquier
caso, Estados Unidos se opone "a la idea de un control militar
israelí de la vida de los civiles palestinos".
Por ahora, el terreno sigue hablando y Halevi dijo que se
está acercando al punto en el que se puede decir "que se ha
desmantelado la Brigada Rafah". Esa brigada - precisó el jefe de
la FDI al término de un encuentro con el comandante del Frente
Sur Yaron Finkelman - "está derrotada no en el sentido de que ya
no hay terroristas, sino en el sentido de que ya no puede
funcionar como unidad combatiente".
"Esto -agregó- se refleja en la cantidad de terroristas
eliminados, así como en las infraestructuras destruidas, en el
mapeo de los túneles subterráneos, en su destrucción".
La FDI también tiene el control total no solo del paso de
Rafah en la parte palestina, sino también del Corredor
Filadelfia, una franja de tierra llena de túneles que discurre a
lo largo de la frontera con Egipto.
Esto -continuó Halevi- "es muy significativo para cortar los
suministros de Hamás para el futuro contrabando".
Las palabras de Halevi siguieron al anuncio del primer
ministro, Benjamin Netanyahu, de que la fase intensa de la
guerra en Rafah está llegando a su fin.
Hamás inmediatamente condenó esta intervención, marcada por
la declaración del Primer Ministro de que solo quería aceptar
una tregua temporal para los rehenes, pero sin poner fin a la
guerra.
La facción islámica atacó a Netanyahu alegando que el primer
ministro no quiere la hoja de ruta relanzada por el presidente
estadounidense, Joe Biden, y reafirmó sus demandas de un alto el
fuego total y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza.
Netanyahu confirmó, en cambio, que "está comprometido a
apoyar la propuesta israelí que el presidente Biden acogió
favorablemente. Nuestra posición -destacó- "no cambió".
Si el conflicto continúa en Gaza, el Líbano podría
convertirse en el escenario de una guerra total entre Israel y
Hezbolá, aliados de Irán, con consecuencias devastadoras para
todo Medio Oriente.
El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, dio la
alarma. "Este fin de semana -advirtió- fue uno de los más
sangrientos desde el inicio del conflicto y el riesgo de un
contagio en el sur del Líbano es cada día mayor".
Por otra parte, el expediente del Líbano es uno de los
puntos calientes de la misión de Gallant en Washington, además
del decisivo del desbloqueo de las armas estadounidenses en
Israel.
En una reunión con el enviado especial de Biden para Medio
Oriente, Amos Hochstein, Gallant dijo que se discutieron
"acciones para llegar a un acuerdo marco que permita el regreso
de los desplazados israelíes al norte". Y confirmó la voluntad
de Israel de "cambiar la situación de seguridad en la frontera"
con el Líbano.
Después de 262 días desde el ataque del pasado 7 de octubre,
las familias de los tres rehenes difundieron un video con
imágenes terribles de su secuestro cerca del kibutz Beeri.
Se trata de Hersh Goldberg-Polin (23 años), Or Levy (33) y
Eliya Cohen (26): en las imágenes se ve a los milicianos
lanzando bombas en el refugio para sacar a los tres,
obligándolos a subir a una camioneta y gritando "Allahu akbar".
Imágenes que demuestran, comentó Netanyahu, la "crueldad de
Hamás". (ANSA).