Por Michele Esposito
(ANSA) - BRUXELLES, 26 GIU - El 2024 como el 2014, Ursula von
der Leyen como Jean-Claude Juncker. Hace diez años, Gran Bretaña
y Hungría votaron en contra del luxemburgués al frente de la
Comisión Europea. El próximo jueves por la noche el "no" rotundo
podría recaer en Italia, Eslovaquia y, una vez más, Hungría.
Las nubes sobre las relaciones europeas de Giorgia Meloni
en los altos cargos siguen siendo tan oscuras que hacen pensar
en un voto desfavorable por parte de la Primera Ministra al
paquete de nombramientos. Ya sea una abstención o un voto en
contra, de momento, "es una especulación", explican en Bruselas
fuentes diplomáticas.
Pero una cosa es segura: el bombardeo de París y Berlín y
de los negociadores proeuropeos ha distanciado a Meloni de la
mayoría érsula con un peligro en el horizonte: si en el Consejo
Europeo el margen de maniobra de la italiana es nulo, en el
Pleno los votos de los eurodiputados de la FdI (Hermanosde
Italia, el partido de Meloni) podrían ser decisivos para el bis
de Von der Leyen al frente de la Comisión.
La situación se define al unísono como fluida. La agenda
de trabajo en sí no es estable. Por un lado, Ucrania y la
intervención de Volodimir Zelensky. Los puntos de la agenda
estratégica y de los principales puestos de la UE podrían chocar
en la cena, pero, como nunca antes, la dirección del Consejo
Europeo es impredecible.
El trío formado por Von der Leyen, Antonio Costa y Kaja
Kallas está destinado a aprobar con cierta facilidad, pero solo
por mayoría calificada. Italia no tiene las armas para una
minoría de bloqueo: la búsqueda de un frente para la
contraofensiva contra el PPE (Partido Popular), los Socialistas
y Renew se ha detenido solo en dos aliados potenciales de
Meloni, Vikotr Orban y Robert Fico. Ambos con una fuerte
tracción soberanista. Ambos podrían, entre otras cosas, vaciar
el ECR (Reformistas y Conservadores) del PIS polaco,
convirtiéndolo en un nuevo grupo "Visegrado". El estancamiento
en los polacos es tal que ha obligado al grupo ECR a posponer su
reunión fundacional.
El peso de Italia, sin embargo, es conocido por todos.
Fuentes de la UE han explicado que, hasta el final, se buscará
un consenso unánime sobre los altos cargos, respetando un
principio: el de evitar a toda costa excluir a países clave como
Italia. O una reparación. "Quieren implicarse, pero a
posteriori", observaron fuentes italianas, reiterando lo que
Meloni explicó en la Cámara y lo que la premier debería repetir
en la mesa de los 27, subrayando el carácter flagrante de la
convención "ad exclusionum" de los negociadores.
La trinchera de Meloni podría repetirse en el Pleno del 18
de julio. A la vista de esa fecha, Von der Leyen camina sobre
una fina capa de hielo, explican fuentes diplomáticas europeas.
Se espera que en el Palacio Berlaymont haya entre 40 y 50
francotiradores. La ampliación a los Verdes podría aumentar la
cifra.
"Sería inaceptable", advirtió una vez más Forza Italia en
las mismas horas en las que Von der Leyen se reunió con Iratxe
García Pérez y Valerie Hayer. Los socialistas y liberales han
reiterado su apoyo mientras no haya acuerdos con ECR e ID
(Identidad Democrática). La capa de hielo sobre la que camina
érsula se basa en el apoyo de ID, pero solo en el secreto de las
urnas. Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Donald Tusk han sellado el
acuerdo sobre Von der Leyen, pero todo se está complicando.
Fuentes europeas explican que las negociaciones sobre la
posible vicepresidencia ejecutiva de Italia no podrán comenzar
hasta después del 18 de julio. Y luego hay un hecho: muchos
otros aspiran a delegaciones poderosas, empezando por Francia y
Polonia. "Nunca arregles una pieza del rompecabezas sin haber
arreglado las demás", suelen decir quienes están acostumbrados a
negociar en Bruselas. Pero érsula es llamada a darle una señal
tangible a Meloni. Y eso no quiere decir que sea suficiente.
(ANSA).