(ANSA) - ROMA, 26 GIU - El avión que transportaba a Julian
Assange aterrizó en Canberra, Australia, donde los esperaban su
esposa, Stella, su familia, y autoridades australianas,
encabezadas por el premier, Anthony Albanese.
Antes de descender del avión, Assange levantó el puño y
saludó a los periodistas que lo esperaban, mientras le gritaban
"bienvenido" y lo aplaudían".
El fundador de Wikileaks, finalmente libre, abrazó a su
mujer, a la que levantó en el aire antes de darle un gran beso.
"Julián quería que les agradeciera sinceramente a todos.
Quería estar aquí. Pero hay que entender por lo que pasó.
Necesita tiempo. Necesita recuperarse. Les pido, por favor, que
nos den espacio, que nos den privacidad para encontrar nuestro
lugar", dijo Stella Assange.
"Necesita acostumbrarse a la libertad. Alguien ayer que pasó
por algo similar me dijo que la libertad llega de a poco. Y
quiero que Julián tenga ese espacio para redescubrir la
libertad, de a poco", añadió.
Unas horas de llegar a su país, Assange antes se había
declarado "culpable de conspiración para obtener y difundir
información sobre la defensa nacional" ante la justicia
estadounidense en el tribunal de Saipán, en las Islas Marianas
del Norte, territorio estadounidense en el océano Pacífico, para
poner fin a un calvario judicial que duró 14 años.
De traje oscuro, corbata ocre, pelo blanco peinado hacia
atrás, según los periodistas presentes en la sala, Assange
estaba tranquilo y de buen humor durante la audiencia.
Después de declararse culpable, incluso bromeó con la jueza
Ramona Manglona diciendo que estaba "esperando el resultado de
la audiencia para declararse satisfecho".
Luego fue condenado a cinco años y dos meses, exactamente el
tiempo que pasó en una prisión de máxima seguridad cerca de
Londres. Un ritual formal, pero necesario, con base en el
acuerdo de culpabilidad que firmó el 24 de junio en el Reino
Unido, antes de subir a bordo del jet privado costeado con una
recaudación de más de medio millón de dólares. "Lo leí
detenidamente", dijo sobre el acuerdo.
Y cuando la jueza le preguntó qué había hecho para cometer
el delito que se le imputa, Assange respondió: "Animé a mi
fuente a proporcionar información clasificada para poder
publicarla. Creo que la Primera Enmienda protege tal actividad".
Por lo tanto, el fundador de Wikileaks no ha renunciado a
sacarse una piedra del zapato, subrayando que, en su opinión,
"la Primera Enmienda y la Ley de Espionaje se contradicen, pero
admito que sería difícil ganar tal caso dadas todas estas
circunstancias".
Su esposa Stella admitió que "no estaban seguros hasta las
últimas 24 horas de que esto realmente estuviera sucediendo".
La admisión del fundador de WikiLeaks, de 52 años, fue parte
del proceso de negociación de culpabilidad concedido por el
presidente estadounidense Joe Biden, que le permitió partir
hacia su Australia natal como un hombre libre.
Assange no podrá regresar a Estados Unidos a menos que se le
conceda permiso, anunció el Departamento de Justicia de Estados
Unidos tras el acuerdo de declaración de culpabilidad y la
liberación del fundador de WikiLeaks.
"De acuerdo con el acuerdo de declaración de culpabilidad,
Assange tiene prohibido regresar a Estados Unidos sin
autorización", dijo el ministerio en un comunicado publicado
mientras el australiano de 52 años se encontraba en un vuelo a
Canberra.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, que se
reunió con Julian Assange tan pronto como bajó del avión que lo
trajo de regreso a Australia como un hombre libre, dice que el
gobierno australiano hizo "exactamente lo correcto" al trabajar
para la liberación del fundador de Wikileaks.
Albanese dijo que defendió a Assange porque cree en el
apoyo a los ciudadanos australianos. "Algunas personas
criticaron mucho que no estábamos haciendo lo suficiente. Lo que
estábamos haciendo era exactamente lo correcto para obtener un
resultado", añadió. (ANSA).