Por Claudio Salvalaggio
(ANSA) - WASHINGTON, 28 GIU - Pánico entre los demócratas
después del debate entre Joe Biden y Donald Trump: el presidente
confirmó los temores sobre la fragilidad que demuestra por su
edad y se multiplicaron los pedidos públicos, inclusive de
analistas muy allegados a él, para que abandone la campaña y
ceda el lugar a otro candidato.
Los medios y analistas estadounidenses están prácticamente
de acuerdo: en el primer debate presidencial televisado, Joe
Biden lo hizo mal.
El presidente tuvo la voz débil y ronca (debido a un
resfriado, explicó su campaña a mitad del debate), más
tartamudeos de lo habitual, frases confusas o repetidas
mecánicamente, y mirada perdida.
Su mala performance fue tanta que entre los demócratas ya
hay un "fuerte pánico" por su actuación que podría hundirlo en
las encuestas. Algunos incluso habrían comentado "estamos
jodidos", y otros han sugerido la posibilidad de que el
presidente se retire, según informa CNN, que organizó el debate.
Llueven las críticas a la campaña del presidente, que
insistió en el desafío y lo preparó durante una semana en el
retiro de Camp David.
En comparación, Donald Trump pareció un león lleno de
energía, capaz de controlar su habitual agresividad, aunque
esquivó muchas preguntas y repitió varias mentiras, como es
habitual.
Pero lo que más importaba en el enfrentamiento entre los dos
candidatos más viejos de la historia era la prueba de la edad,
es decir, la lucidez y la apariencia física. Por eso, como dijo
un analista, "Biden puede haber ganado en política, pero perdió
en presentación".
Biden y Trump llegaron a Atlanta a media tarde. El primero
con su esposa Jill, el segundo solo, sin Melania ni ningún
familiar. En el estudio de CNN hubo un ambiente helado desde el
principio.
Los dos no se estrecharon la mano ni se miraron ni siquiera
durante los dos cortes publicitarios: una confirmación de la
distancia sideral que los separa y de la polarización de un país
que ya no reconoce a su oponente.
Si se considera también el bajo nivel del debate, quien sale
perjudicado es todo Estados Unidos.
Biden comenzó mal de inmediato y recuperó un poco de energía
solo en la segunda parte, cuando ya era demasiado tarde. Los dos
se enfrentaron duramente en todo, acusándose de mentir, desde la
economía hasta la inmigración, pasando por el clima y el aborto,
sin que los dos moderadores pudieran presionarlos cuando fue
necesario, debido a un formato con tiempos prefijados que mostró
todas sus limitaciones.
El magnate golpeó sobre la inflación "que está matando a
nuestro país" y sobre las puertas abiertas en la frontera con
México por donde entran "criminales y terroristas".
Biden presumió de sus éxitos después del "caos" dejado por
su predecesor, acusándolo de haber favorecido a los ricos con
sus recortes fiscales, lo que hizo crecer el déficit.
Estuvieron en las antípodas también en política exterior. El
republicano repitió que la guerra en Ucrania no habría estallado
si la Casa Blanca hubiera tenido un verdadero líder, pero no
detalló su receta para la paz.
Y esquivó la pregunta sobre el estado palestino, limitándose
a decir que Israel "debe terminar su trabajo con Hamás" y que
Biden "se ha convertido en un palestino no amado ni siquiera por
los palestinos porque es débil".
No faltaron los insultos personales. "Eres un perdedor y un
idiota", atacó Biden, quien luego llamó al rival un "criminal
condenado", acusándolo de haber traicionado a su esposa
embarazada con una estrella porno y de tener "la moral de un
gato callejero".
A lo que el magnate le recordó que su hijo Hunter también
tiene antecedentes penales y amenazó con que él también podría
ser condenado tan pronto como deje el cargo "por todas las cosas
horribles que ha hecho".
Donald Trump presumió de su excelente forma y desafió al
rival a hacer un test cognitivo, diciendo estar seguro de que no
podría responder correctamente a las primeras preguntas,
mientras que el presidente desvió la pregunta sobre los 86 años
que tendría al final de su segundo mandato con una broma.
Los dos también compararon sus récords deportivos y se
desafiaron a jugar al golf, "siempre que Trump traiga su bolsa",
señaló Biden para resaltar la obesidad de su oponente.
Al final, el magnate, acusado por Biden de haber incitado el
asalto al Capitolio, calificó de "totalmente inaceptable
cualquier forma de violencia en las próximas elecciones". Pero
se comprometió a reconocer los resultados solo bajo condiciones:
que sean "libres, justas y legales". (ANSA).