Por Michele Esposito
(ANSA) - BRUSELAS 28 JUN - Un quiebre total y clamoroso sobre
Antonio Costa y Kaja Kallas. Una mano tendida a Ursula von der
Leyen, a la espera de contar sus propios votos en la sesión
plenaria del Parlamento Europeo en julio.
Giorgia Meloni al final optó por la línea dura y cumplió con
un concepto ya expresado en las Cámaras y reafirmado tarde en la
noche, al término de una cumbre complicadísima: "las
nominaciones de la UE son equivocadas en el método y en el
mérito. Es una falta de respeto hacia los ciudadanos".
Es desde aquí que surge el 'no' al portugués y a la estonia.
Una posición prácticamente aislada, la de Italia, ya que incluso
Eslovaquia finalmente votó a favor de los principales cargos de
la UE.
Incluso Viktor Orbán, sobre el nuevo presidente del Consejo
Europeo, se ha distanciado, manteniéndose fiel a su filosofía de
una Europa intergubernamental y no a semejanza de la Comisión.
La furia de Meloni tiene dos destinatarios: Olaf Scholz y
Emmanuel Macron. Es contra su método que la primera ministra
carga. Contra un acuerdo estudiado en la mesa por los seis
negociadores del PPE y deslizado sobre la cumbre de los 27 sin
posibilidad de enmendarlo.
De nada sirvió la mediación del PPE y la persuasión moral de
Antonio Tajani, quien en la cumbre de los Populares volvió a
pedir una clara apertura a los Conservadores.
De nada, además, sirvieron las afirmaciones de los líderes
europeos, al entrar al Europa Building, sobre la necesidad de
mantener a Italia dentro del acuerdo sobre los principales
cargos. Meloni, al final, no cambió de opinión y arremetió
contra "una lógica de mayoría y oposición que no tiene ningún
sentido".
Su 'no', en definitiva, no sorprendió tanto a los otros
líderes sentados a la mesa. Mark Rutte se atrevió a defender la
elección del gobierno. Macron destacó su "respeto por Meloni" y
recordó que "Italia es un país amigo de Francia".
Sin embargo, el golpe vino desde Berlín. "Estoy firmemente
convencido de que es positivo que los partidos que pertenecen a
las familias populistas de derecha no sean" parte del apoyo al
acuerdo, subrayó Scholz.
No serán días fáciles, los que separan a Italia de la
votación plenaria sobre Von der Leyen. Serán días de
negociaciones intensas, subterráneas, con el gobierno listo para
relanzar la solicitud de una delegación de peso. Pero, por otro
lado, el muro de los Socialistas y Liberales está destinado a
levantarse aún más.
La primera ministra, sin embargo, tiene la intención de
seguir adelante. "Seguir la corriente no sirve para salir del
aislamiento. No estoy de acuerdo en que el voto en contra ponga
en peligro nuestra posición en la UE. Sería vergonzoso si nos
hicieran pagar por ello", advirtió Meloni en una larga rueda de
prensa nocturna.
La abstención sobre Von der Leyen - aclaró - es el resultado
de una coalición de gobierno dividida sobre la votación del
presidente saliente, con Forza Italia a favor y la Liga
totalmente en contra.
Pero, advirtió, por ahora "no tenemos respuestas políticas"
sobre el programa de la presidente saliente. "Es importante
trabajar bien también con Italia", es la mano tendida por Von
der Leyen a pesar de la abstención.
Con los periodistas, Meloni también se detuvo en la
investigación de Fanpage, que reveló los insultos antisemitas de
una líder juvenil de su partido, que finalmente renunció.
Tras condenar los "sentimientos antisemitas incompatibles
con Hermanos de Italia (FDI)", atacó la forma de la
investigación, que incluyó grabaciones secretas y hasta
investigadores privados.
"Tomo nota de que es una nueva frontera en el enfrentamiento
político: desde hoy es posible infiltrarse en partidos políticos
y sindicatos para grabar reuniones y publicarlas. Y es un método
de dictadura", subrayó Meloni, para quien nunca antes se habían
producido investigaciones de este tipo en los partidos políticos
en los 75 años de historia republicana.
Y dirigiéndose, en un creciente tono de irritación,
directamente al presidente Sergio Mattarella, preguntó: "¨Es
esto legítimo?". (ANSA).