(ANSA) - BERLIN, 29 GIU - (Ampliada)
Italia llegaba a esta Eurocopa con la misión de retener la
corona conquistada en 2021 y de sepultar definitivamente la
segunda frustrada clasificación consecutiva a un Mundial en
Qatar 2022, pero terminó reabriendo la herida al despedirse hoy
en los octavos de final del torneo continental que se celebra en
Alemania.
Suiza, que atrapó el primer pasaje a cuartos en esta edición,
desnudó las flaquezas que la "azzurra" comandada por Luciano
Spalletti había mostrado en la fase de grupos, en la que apenas
celebró una victoria en el estreno frente a Albania, en un
partido que había arrancado perdiendo a segundos de iniciado, y
luego cayó frente a España antes de empatar agónicamente con
Croacia en la última fecha.
Una actuación lejos de lo esperado, tal como reconocía el propio
Spalletti en la previa del duelo con el combinado helvético,
cuando advertía que su equipo debía mejorar para aspirar a
matenerse en carrera en la defensa del título que Italia había
logrado en Wembley hace tres años al mando de Roberto Mancini,
ganándole por penales a Inglaterra en la final.
Esta vez, el camino de la "azzurra" terminó antes de lo esperado
y fue frente a un rival que se impuso hoy con goles de Remo
Freuler, jugador del Bologna, a los 37' y Ruben Vargas, que
milita en Ausgburgo, apenas iniciado el segundo período, para
sellar el primer pasaje a cuartos de final en favor del
combinado entrenado por Murat Yakin.
Suiza espera ahora por el ganador del duelo que animarán mañana
en Gelsenkirchen Inglaterra, finalista de la pasada edición como
se dijo, y Eslovaquia, dos equipos que sumaron también apenas un
triunfo en la fase de grupos y de los que saldrá el rival al que
enfrentará el seleccionado helvético el 6 de julio por el boleto
a semifinales.
Hoy, Suiza sumó su segundo triunfo en el torneo tras el que
había conseguido en su debut en el Grupo A frente a Hungría,
para luego empatar con Escocia y con la anfitriona Alemania, que
más tarde buscaba el segundo pasaje a cuartos en Dortmund frente
a Dinamarca, que empató sus tres partidos en la fase de grupos y
escoltó a Inglaterra.
Para Italia llegó la hora de armar las valijas tras una derrota
que refrendó que esta no era su Eurocopa y que, como para que
duela más aún, padeció en Berlín, escenario en el que celebró su
cuarta y última Copa del Mundo en 2006.
Gloria a la que intentó apelar en la previa del choque con Suiza
un Spalletti para animar a una Italia que hoy buscaba
confirmarse como aspirante a repetir la corona, pero que volvió
a quedar en deuda con su público y con su fútbol.
"La responsabilidad siempre es del entrenador", se apresuró en
aclarar el técnico "azzurro" apenas decretada la eliminación, al
reconocer que "las elecciones las hice yo" y sugerir la
posibilidad de dar un paso al costado luego de esta frustración
cuando anticipó que en las próximas horas hablará con Gabriele
Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).
El técnico que supo devolverle la gloria al Napoli después de
más de tres décadas no logró repetir la fórmula en esta
selección italiana que hoy -dijo- "Estuvo por debajo de su nivel
y sufrió la velocidad y las individualidades del rival".
"Esta experiencia demuestra que hay cosas en las que es
necesario intervenir absolutamente porque si este es el ritmo al
que podemos jugar, es difícil hablar. Debimos hacer algo más y
habrá que trabajar mucho y contar con más tiempo para hacerlo",
explicó Spalletti al recordar que "otros técnicos tuvieron la
posibilidad de disputar 20 partidos" antes de la Eurocopa.
Fue cuando le preguntaron si esta es la máxima expresión que
puede dar el fútbol italiano en este momento, tras lo cual
reconoció también que a su Italia "le faltó ritmo y frescura,
dos aspectos que suelen hacer la diferencia" y destacó que "esta
tarde realicé algunos cambios, pero en este momento no estuvimos
en condiciones de hacer más de lo que hicimos".
Para Spalletti, el punto de quiebre del partido fue "el gol que
nos convirtieron en el inicio del segundo tiempo y que nos cortó
las piernas" para intentar ser mas incisivos ante un rival que
superó a Italia en el primer período, reconoció.
Decretada la eliminación, el entrenador "azzurro" destacó que
"el camino rumbo al próximo Mundial (que se celebrará en 2026 en
Estados Unidos, México y Canadá, Ndr) es largo, pero ahora es
tiempo de parar la pelota, aunque es cierto que si queremos
mejorar tenemos que jugar con más ritmo, más calidad y más
sacrificio".
Según Spalletti, contra las aspiraciones de Italia jugaron
"algunas cosas que tienen que ver con cómo terminó el campeonato
porque no llegamos en las mejores condiciones y, además, las
altas temperaturas también incidieron en el rendimiento".
Sin buscar excusas, el arquero y capitán Gianluigi Donnarumma,
artífice de aquella consagración en Wembley, destacó que "la
eliminación fue merecida. Irnos así duele y será muy difícil de
digerir. Le pedimos excusas a todos".
En su análisis del partido, el arquero del París Saint-Germain
consideró que Italia jugó "un primer tiempo muy malo y cuando
intentamos reaccionar en el segundo llegó el segundo gol de
Suiza. ¨Si nos faltó coraje?, creo que nos faltó de todo",
consideró sin medias tintas.
"En este momento siento amargura y desilusión. Se me hace
difícil encontrar una explicación. Sólo se me ocurre pedirle
disculpas a todos por lo que hicimos porque perder nunca es
agradable, pero perder de esta manera es más duro todavía",
coincidió Matteo Darmian, zaguero del Inter campeón de Italia.
Tal como reconocen los propios protagonistas, la eliminación de
Italia cobra otra dimensión por cómo se dio pues el seleccionado
nacional no mostró ideas, ni alma para revertir esta derrota
anunciada ante una Suiza que fue la cara opuesta y lució
potente, veloz y tácticamente perfecta.
Una combinación con la cual volvió a amargar a la "azurra" como
lo había hecho en las pasadas eliminatorias europeas a la Copa
del Mundo, relegándola al segundo puesto en el grupo que
compartieron y obligándola a jugar un repechaje que se saldaría
con un derrota histórica frente a la ignota Macedonia del Norte.
Hoy, el equipo de Yakin le asestó dos estocadas en los momentos
justos que dejaron a Italia sin reacción y con un trauma que
deberá tratar si pretende estar a la altura de lo que representa
la "azzurra" en la historia del fútbol.
A diferencia de su rival, Suiza refrendó sus intenciones de
ganar el partido y avanzar a la próxima ronda apenas sonó el
silbato del polaco Szymon Marciniak, el árbitro de aquella
pasada Copa del Mundo que consagró a Argentina y en la que
Italia faltó a la cita por segunda vez consecutiva, tras
perderse la de Rusia 2018.
A pesar de su dominio, el seleccionado helvético no lograba
generar demasiado peligro para el arco de Donnarumma y pasaron
varios minutos antes de que el suizo de origen camerunes Breet
Embolo probara los reflejos del capitán por primera vez en el
partido.
Una situación que pareció despertar a Italia, que respondió con
un remate de Federico Chiesa conjurado por el zaguero Manuel
Akanji, pero fue un "espejismo" y el primer gol de Suiza no
tardó en llegar en una jugada que nacio en los pies de Granit
Xhaka, pasó por los de Dan Ndoye y los de Vargas y terminó el
Freuler, quien se anticipó a la marca de Gianluca Mancini para
someter a Donnarumma.
El capitán italiano sostuvo en partido a sus compañeros con una
atajada providencial ante un tiro libre de Fabian Rieder cuando
agonizaba el primer período, al regreso del cual y pese a las
modificaciones que ensayó Spalletti, con el ingreso de Zaccagni
(artífice del milagro frente a Croacia), fue Suiza la que estiró
la ventaja.
El derechazo a colocar de Vargas en el borde del área no le dio
opciones a Donnarumma y pareció ser el golpe de gracia para
Italia, que estuvo cerca de descontar con un remate junto al
poste tras desviarse el balón en Fabian Schar y que mandó al
ruedo al ítalo-argentino Mauro Retegui por un dolorido Nicoló
Barella buscando sumar gente en ataque frente a una Suiza que se
defendió con orden.
Al promediar el complemento, Zaccagni aprovechó una de las pocas
distracciones de la zaga rival para habilitar a Gianluca
Scamacca, quien remató a un metro del arco defendido por Yann
Sommer y estrelló el balón en el poste.
Allí parecieron diluirse las últimas esperanzas de Italia, a la
que no le salió ni el tiro del final e incluso pudo haber
sufrido una derrota más humillante si Suiza hubiese acertado en
alguna llegada más que tuvo en el partido en el Olympiastadion
que supo ser escenario de una noche soñada para la "azzurra" y
hoy lo fue de una nueva pesadilla. (ANSA).