Por Alberto Zanconato
(ANSA) - ROMA 22 OCT - El presidente ruso, Vladimir Putin,
recibió hoy un abrazo del primer ministro indio, Narendra Modi,
un cálido saludo del líder chino Xi Jinping -quien lo llama
"viejo amigo"- y del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa,
quien describió a Moscú como "un aliado y amigo muy valioso".
Así, Putin logró, ante las cámaras, el reconocimiento de
los líderes del BRICS, reunidos en Kazán.
Pero el camino para transformar el grupo en una organización
cohesiva que se oponga al G7 sigue con varios obstáculos.
El evento central del día, antes de la cena que abrió
oficialmente la jornada en esta ciudad rusa multiétnica a
orillas del Volga, fue la conversación entre Putin y Xi, la
tercera en un año.
Moscú tiene la intención de fortalecer una mayor cooperación
con China "en todas las plataformas internacionales para
garantizar la seguridad global y un orden mundial justo", dijo
el jefe del Kremlin.
Por su parte, Xi respondió enfatizando el papel que puede
desempeñar la "profunda amistad" entre China y Rusia al "hacer
importantes contribuciones a la equidad y la justicia
internacionales".
Pero los nueve países que forman parte del BRICS tras
tras la ampliación del año pasado (Brasil, China, India, Rusia,
Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán)
forman un grupo no precisamente homogéneo, con intereses a veces
contrapuestos.
De hecho, existen divisiones geopolíticas, por ejemplo,
entre China e India.
Nueva Delhi, entre otras cosas, forma parte del Quad, la
alianza de seguridad del Indo-Pacífico, junto con Estados
Unidos, Japón y Australia.
En cuanto a la integración económica, la mayoría de los
países BRICS, empezando por la propia China, mantienen
relaciones importantes con Occidente y parece poco probable que
estén dispuestos a ponerlas en peligro llevando los vínculos con
Moscú más allá de cierto límite.
No es ningún secreto que muchos bancos chinos bloquearon
transacciones con clientes rusos durante el último año por temor
a sufrir sanciones secundarias por parte de Washington.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo durante la
cumbre que se
hablará de "un proyecto general para el sistema financiero y de
pagos".
Pero parece prematuro hablar de un proceso para abandonar
el dólar en el comercio entre los países miembros.
Para Putin, sin embargo, la cumbre es un escaparate
importante para demostrar que Rusia no está aislada debido a las
sanciones occidentales y que él no se ha convertido en un paria
en el escenario internacional debido a la orden de arresto de la
Corte Penal Internacional.
Además de los jefes de Estado de los países BRICS (excepto
el brasileño Lula, que no pudo asistir debido a una lesión
sufrida en un accidente doméstico y estará conectado por
videoconferencia), en la cumbre participarán otros jefes de
Estado y de Gobierno.
Como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien
Putin se reunirá cara a cara mañana.
Otra reunión bilateral prevista es la que mantendrá con el
presidente iraní, Massud Pezeshkian.
El Kremlin anunció que el último día, el jueves, Putin se
reunirá con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania protestó
diciendo que el viaje ruso del jefe de las Naciones Unidas es
"una mala decisión que no promueve la causa de la paz".
Es fácil predecir que durante la reunión se discutirá el
conflicto ucraniano.
Del mismo modo que Putin habló hoy de ese tema con Modi,
quien volvió a proponerse como posible mediador tras las
misiones llevadas a cabo, el pasado verano boreal, en Moscú y
Kiev.
Mientras, Corea del Norte calificó de "infundadas" las
acusaciones de Seúl y Ucrania sobre el envío de 12.000 soldados
para apoyar a las tropas rusas.
Un representante de Pyongyang en la ONU los tildó de
rumores "estereotipados y dirigidas a difamar la imagen" de
Corea del Norte.
La semana pasada, el Pentágono dijo que no podía confirmar
el envío de tropas norcoreanas a Ucrania.
Pero Corea del Sur expresó su intención de responder con
"medidas graduales".
Según el semanario estadounidense Newsweek, el gobierno y
las fuerzas armadas de Corea del Sur están examinando un plan
para enviar fuerzas en apoyo de Kiev, en particular "oficiales
de inteligencia y expertos en tácticas enemigas".
En tanto, desde Kiev llegaron noticias de otras dimisiones:
esta vez fue el fiscal general ucraniano, Andrei Kostin, quien
dejó su cargo.
La decisión, explicó, es consecuencia de un escándalo
relacionado con
certificados de discapacidad falsos otorgados a funcionarios
gubernamentales para evitar ser llamados a combatir.
Hay en curso una indagación sobre los hechos, que involucra
a la Fiscalía. (ANSA).