Por Silvana Logozzo
(ANSA) - TEL AVIV, 22 OTT - La amenaza iraní y la necesidad
de que Estados Unidos e Israel unan fuerzas en la lucha "contra
el eje del mal y el terrorismo" que se le atribuye a Teherán
parecen haber estado en el centro de la conversación de hoy en
Jerusalén entre el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el
secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.
Así lo reportó un informe oficial de la oficina del primer
ministro.
La reunión, que duró dos horas y media, se celebró
inicialmente a solas y solo más tarde se unieron funcionarios
estadounidenses e israelíes.
Según trascendidos, la intención de Blinken era precisamente
desalentar cualquier medida que pudiera desencadenar un
conflicto regional.
En particular, después de la sensacional acción de Hezbolá
el pasado sábado pasado, que atacó la residencia de Netanyahu en
Cesarea con un dron que escapó al fuego antiaéreo -confirmado
oficialmente hoy- y reivindicado por las milicias chiitas.
Mientras que Teherán se desmarcó de ello en más de un
comunicado.
La nota del despacho de Netanyahu informó además que el
secretario estadounidense "expresó su profunda conmoción por el
intento iraní de eliminar al primer ministro a través de
Hezbolá, aclarando que se trata de un acontecimiento extremo y
extraordinario".
Por parte estadounidense, el portavoz del Departamento de
Estado, Matthew Miller, prefirió añadir en el primer punto de la
nota oficial que Blinken "destacó la necesidad de aprovechar el
éxito de la acción de Israel para llevar a Yahya Sinwar ante la
justicia¯, aprovechando la oportunidad para continuar las
negociaciones sobre la liberación de todos los rehenes y poner
fin al conflicto en Gaza".
No sólo eso: en el orden del día está evidentemente la
cuestión en la que Joe Biden lleva insistiendo desde hace meses:
el gobierno de la Franja de posguerra.
También se espera que Blinken, que se encuentra en Medio
Oriente por undécima vez desde el inicio del conflicto, visite
varios países árabes, presumiblemente Jordania, Arabia Saudita,
Qatar y los Emiratos Arabes Unidos.
Y no se puede descartar que la incansable actividad del
secretario tenga como objetivo -además de la reanudación de las
negociaciones- garantizar el apoyo logístico en la región a la
esperada respuesta israelí a la República Islámica tras el
atentado del 1 de octubre.
Así como por una posible represalia posterior por parte de
la Guardia Revolucionaria.
La gira de Blinken, quien también se reunió con el
presidente israelí, Isaac Herzog, y el ministro de Defensa, Yoav
Gallant, parece una operación diplomática en espejo, justo
cuando el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi,
visitó varios países árabes en los últimos días para intentar
conseguir apoyo antes de la venganza de Israel.
De hecho, hablando desde Kuwait, el emisario de Ali Jamenei
dijo que las naciones del Golfo han dado garantías de que no
permitirán que su territorio sea utilizado para un ataque
israelí.
A la llegada de Blinken le siguió, a pocas horas, la del
enviado de Joe Biden, Amos Hochstein, el lunes en Beirut, donde
presentó una propuesta para alcanzar un alto el fuego en el
Líbano.
Esquema que, según Kan TV, el Secretario de Estado discutió
con Netanyahu.
El periódico libanés Al Akhbar, cercano a Hezbolá, reveló la
mañana de este martes los puntos más destacados del proyecto:
"El objetivo es impedir cualquier presencia armada en las zonas
libanesas y en los pueblos cercanos a la frontera", es decir,
ampliar la zona donde no habrá presencia de Hezbolá unos
kilómetros más allá del río Litani.
La UNIFIL se reforzará y tendrá autoridad para registrar
casas, vehículos o puestos de avanzada sospechosos de contener
armas.
Hasta el momento no se supo nada sobre lo que "Bibi", como
llaman al premier israelí, piensa del plan.
Por la noche, el premier reunió a altos funcionarios del
sector de seguridad y a algunos ministros.
Mientras que, desde Irán, el comandante de la Guardia
Revolucionaria, Mohammad Ali Jafari, definió como improbable que
Israel haga un "movimiento significativo" contra Teherán,
imaginando que, en cambio, llevará a cabo un "ataque limitado"
simbólico.
Un pronóstico optimista que quizás esconde temores mucho
más alarmantes. (ANSA).