Por Fausto Gasparroni
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 22 OTT - La Santa Sede, por una
parte, y la República Popular China, por otra, anunciaron hoy la
decisión de renovar de nuevo el Acuerdo provisional sobre los
nombramientos de obispos en China, firmado por primera vez el 22
de septiembre de 2018 y renovado ya dos veces en 2020 y 2022.
Y la novedad es que, en lugar de por un periodo de dos años
como en la primera aprobación y las dos renovaciones
posteriores, la prórroga esta vez se duplica a cuatro años.
Una señal, señala la agencia vaticana Fides, de que "el
diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades chinas -tras el
lento inicio y la fase de "rodaje"- continúa como un camino
gradual, que paso a paso ve ampliarse su horizonte y acercarse
nuevas oportunidades para verificar el crecimiento de la
sinceridad, la lealtad y la confianza recíproca en las
relaciones entre las dos partes".
En un comunicado, la Santa Sede anunció que las dos partes,
"dado el consenso alcanzado para una fructífera aplicación del
Acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, tras las
oportunas consultas y evaluaciones, han acordado prorrogar su
validez por otros cuatro años, a partir de la fecha de hoy".
Y el Vaticano mantiene su intención de "continuar el diálogo
respetuoso y constructivo con la parte china, para el desarrollo
de las relaciones bilaterales en vista del bien de la Iglesia
católica en el país y de todo el pueblo chino".
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores de la República Popular, Lin Jian, dijo que "a través
de consultas amistosas, las dos partes han decidido prorrogar el
acuerdo por otros cuatro años", destacando el ®desarrollo
positivo" de las relaciones bilaterales.
"China y el Vaticano han valorado positivamente los
resultados de la aplicación del acuerdo -añadió Lin-. Las partes
mantendrán las conversaciones con espíritu constructivo y
seguirán promoviendo la mejora de los lazos bilaterales".
El contenido del acuerdo sobre la espinosa cuestión del
nombramiento de obispos sigue siendo secreto, ya que el
entendimiento aún no se ha aprobado definitivamente.
Y a pesar de los contratiempos en el camino, como el
nombramiento unilateral por parte de Pekín en 2023 del nuevo
obispo de Shanghai, la mayor diócesis católica del país -solo
refrendado posteriormente por Roma para evitar rupturas
irremediables-, y del descontento y las críticas en el seno de
la Iglesia por una excesiva genuflexión hacia el régimen, el
Vaticano sigue destacando los aspectos positivos del acuerdo,
especialmente los "cambios concretos, que tocan la vida de las
comunidades chinas".
Hoy, todos los obispos católicos de la República Popular
"están en plena y pública comunión jerárquica con el Obispo de
Roma", subraya también la Agencia Fides. Al mismo tiempo, las
ordenaciones episcopales ilegítimas, es decir, sin el
consentimiento papal, ya no tienen lugar en China.
En los últimos seis años, en medio de estancamientos y
dificultades, se han celebrado nueve nuevas ordenaciones
episcopales católicas en China continental, mientras que ocho
obispos llamados "no oficiales", consagrados en el pasado al
margen de los procedimientos impuestos por el aparato chino, han
sido reconocidos públicamente incluso por las autoridades
políticas de Pekín a petición suya.
La renovación del acuerdo y el diálogo que prosigue, sin
embargo, no afectan a las relaciones diplomáticas entre China y
la Santa Sede, interrumpidas a principios de los años cincuenta,
siendo el Vaticano uno de la docena de países - y el único de
Europa - que mantienen lazos oficiales con Taiwán.
En la isla, sin embargo, el acercamiento en curso preocupa
no poco, por el temor a que conduzca a Taiwán a un mayor
aislamiento. (ANSA).